domingo, 16 de noviembre de 2014

10 CLAVES PARA INVERTIR EN FRANQUICIA

Las franquicias rodean nuestra vida, salimos a la calle y cada vez más vemos enseñas de todo tipo, incluso algunas competidoras en la misma acera o en el mismo centro comercial. Actualmente hay más de 1.000 enseñas en España y más de 55.000 establecimientos, lo que demuestra que el fenómeno tiene gran recorrido, pero debemos ser cautelosos si estamos pensando que invertir en una franquicia es sinónimo de éxito y riqueza, pues una gran mayoría de los establecimientos, bajo esta fórmula, apenas obtienen ingresos para mantener unos niveles básicos de renta para los empleados y unos beneficios muy ajustados para los franquiciados.

La crisis, que llevamos soportando varios años, ha dado muestras de la debilidad de enseñas al completo o de establecimientos concretos por la falta de demanda en su mercado de referencia. No son pocos, los locales cerrados que vemos en centros comerciales o calles peatonales, donde antes había una franquicia. Algunas enseñas desaparecen por completo (en 2012 desaparecieron el 21% de las enseñas según datos de Tormo) y muchos establecimientos cierran por falta de ingresos o por falta continuada de rentabilidad.
 
Tampoco debemos olvidar que el sistema de franquicia tiene su origen en la concesión de licencias sobre patentes que ya se hacían 100 años atrás y que la motivación principal que mueve a una enseña a utilizar el sistema de franquicia es el crecimiento no orgánico, financiado por terceros, y la velocidad a la que se consigue penetrar en nuevos mercados frente al crecimiento tradicional de las compañías. Lógicamente, dicho crecimiento conlleva mayores sinergias, ventas y beneficios para la enseña en su conjunto, por lo que podríamos indicar que el sistema de franquicia busca penetrar a gran velocidad en nuevos mercados. De hecho, uno de los indicadores de consolidación y éxito de una enseña suele ser el número de establecimientos que operan bajo la marca.
A continuación, de forma resumida, vamos a ver los principales aspectos clave que todo franquiciador debe tener en cuenta antes de tomar la decisión sobre una franquicia determinada.
1.     ¿Por qué quiero abrir una franquicia?
La primera cuestión clave que todo aspirante a franquiciado debe hacerse, por qué este modelo en vez de hacerlo todo por nuestra propia cuenta. Lógicamente, la aversión al riesgo, la imagen de una marca conocida, la incertidumbre, el apoyo teórico de terceros y la falta de know-how son ingredientes básicos en la decisión, pero debemos valorar si el volumen de inversión total a realizar junto con la aportación de know-how y apoyo justifican realmente aliarnos con una enseña. Hay muchos negocios que, al cabo de unos meses, rompen relaciones con la enseña y deciden (no sin problemas judiciales) seguir el camino por su cuenta, en muchos casos porque lo que se obtiene de la central tras el periodo inicial no suele justificar los cánones y royalties que se pagan.
2.     Analizar el Modelo de Negocio
Este es el aspecto más relevante en mi opinión, dar por hecho que el negocio funciona o simplemente que cómo lo hemos visto funcionando en otros sitios, es automáticamente garantía de éxito, es casi garantía de muchas sorpresas. Debemos entender qué es lo que vendemos realmente, como se segmentan nuestros clientes, cuántos son para estimar la demanda de mi área de exclusividad, cómo debemos llegar hasta ellos para relacionarnos, comercializar y/o distribuir nuestros productos, qué actividades y recursos son clave y si son o no son escasos, así como los proveedores relevantes y los costes más importantes del negocio. Otro factor relevante es la ubicación, pues puede suponer un coste elevadísimo que eliminará nuestros márgenes, si se encuentra en una zona prestigiosa. No siempre, una zona más cara significa más clientes, dependerá del negocio y el público al que se dirija.
Dentro del modelo de negocio, es relevante saber si se basa en un modelo low-cost, con los consiguientes márgenes y precios bajos o bien busca la diferenciación y precios menos ajustados. Si el modelo es low-cost, el volumen será clave y ello conlleva una carga de actividad y un tamaño de demanda muy elevados. No es fácil gestionar a un negocio que necesita muchos clientes diarios o no entra en beneficios, pues las crisis de ansiedad de los franquiciados se manifiestan más en este caso.
Por último, fundamental conocer cómo se monetiza todo, pues puede haber varias fuentes para conseguirlo y debemos valorar aquellas que mayor relación coste-beneficio suponen.
3.     Analizar la Competencia
Otro factor a considerar es si existen muchas o pocas enseñas que hagan algo similar, si es fácil que nos pongan un establecimiento de la competencia enfrente, si hay elevadas barreras a la entrada para nuevas enseñas y si el franquiciador tiene un plan claro para conseguir luchar contra los competidores. También deberíamos analizar cuáles son las principales ventajas competitivas del negocio y la capacidad que tenemos para desarrollar nuevas ventajas si nos lo permite el franquiciador.
Las limitaciones operativas y comerciales del franquiciador, nos obliga a estar encorsetados a la hora de llevar a cabo estrategias específicas en nuestro mercado. Salvo que la central lo autorice, hacer una política de precios y promoción diferente, añadir nuevos servicios o garantías, modificar horarios, y cualquier otra iniciativa, suele estar prohibido y el margen de actuación que tenemos es mínimo.
4.     Analizar el Contrato de Franquicia
El contrato de franquicia suele ser una cantidad de páginas que no todo el mundo lee, gran error, pero aunque se lea, en la mayoría de las franquicias consolidadas, no hay nada que negociar, es un lo tomas o lo dejas. Es importante leer todas las cláusulas (tendremos que firmar todas las hojas del contrato por duplicado), en especial las que favorecen ante conflicto al franquiciador y las relativas a la obligación de realizar nuevas inversiones en el negocio por imperativo. Un aspecto crucial es la duración del contrato de franquicia, las condiciones de renovación y las de anulación, motivos muy discutidos en juicios.
5.     Cuidado con la Inversión y el Punto de Equilibrio
Elevadas inversiones no son sinónimo de alta rentabilidad ni de elevados beneficios, más bien suelen significar elevados costes fijos para la empresa, con el consiguiente impacto en la rentabilidad. Si la inversión es elevada deberíamos analizar (con la información del franquiciador y con nuestros propios análisis) el tiempo que vamos a necesitar para recuperar dicha inversión, pues, a partir de ese momento, todo será creación de riqueza. No debemos utilizar para ello, los márgenes de explotación, ni el beneficio antes de impuestos sino el beneficio neto, para así tener en cuenta la estructura financiera del negocio.
El estudio del punto de equilibrio o “breakeven” nos ayudará a comprender cuál es la estructura de costes del negocio, cuánta facturación y tiempo necesitamos para alcanzar beneficios, qué estrategias podemos desarrollar para reducir o variabilizar dichos costes y si estamos infra o sobredimensionados para alcanzar dicho punto.
6.     Estudiar gastos adicionales del franquiciado
Además de los gastos operativos del negocio, que debe indicarnos el franquiciador, debemos considerar cualquier otro gasto imprevisto tales como los gastos financieros, gastos de devoluciones, servicios postventa por garantías, ampliación de horario comercial, campañas de marketing local, gastos de búsqueda y selección de empleados, gastos de mantenimiento del local, seguros, comunidad de vecinos, impuestos municipales, abogados, asesorías, etc.
Muchos de estos gastos no son periódicos y no suelen contemplarse en la información que nos facilita la enseña, pero pueden ser muy relevantes cuando se suman a final de año. Además hay que considerar otros gastos a pagar al franquiciador junto con los cánones, como pueden ser cánones adicionales por formación.
7.     Franquicia Nueva o Usada
 
Lo habitual es contratar una franquicia mediante un establecimiento llave en mano en una nueva zona de actividad, lo que significa empezar desde cero y tener que darse a conocer al nuevo mercado donde operaremos. Eso puede implicar gastos adicionales en campañas de promoción y comunicación en el barrio, realización de eventos y un arranque del negocio más lento hasta el despegue. En otras ocasiones, el franquiciador nos ofrece un establecimiento que está o estaba funcionando y que por razones diversas está disponible. Este tipo de establecimientos suele estar mejor ubicado que los nuevos y son conocidos dentro de su mercado, pero cuidado con ello, pues puede ocurrir que el mercado esté quemado, es decir, que el anterior franquiciado haya llevado a cabo un mal servicio y el boca a boca haya infectado la imagen del mismo. En ese caso, levantar la imagen puede llevar muchos meses y un coste superior al de un establecimiento nuevo.
 
Antes de hacerse cargo de una franquicia existente, es bueno hacer una pequeña investigación de mercado por el barrio, incluso, si se puede y nos facilitan la información, hablar con el anterior franquiciado para intentar sonsacar la verdad de su abandono.
 
8.     Multifranquicia o varias franquicias de la misma enseña
 
El empresario que es franquiciado, tiene varias vías para crecer, la primera es conseguir aumentar las ventas de su franquicia, algo que tiene rendimientos decrecientes al tener limitado el área de exclusividad. Otra es, una vez funcionando, invertir en una nueva franquicia de la misma enseña, lo que nos puede suponer algún ahorro y además suele gozar del beneplácito del franquiciador que prefiere a personas que funcionan y que se alinean con el negocio a otras totalmente nuevas de las que se desconoce su capacidad de gestión. Una tercera fórmula consiste en franquiciar establecimientos de otro sector diferente, aplicando la experiencia y conocimiento de la primera franquicia a la segunda y sucesivas. Este mecanismo transforma al empresario en una mini corporación a la vez que puede diluir sus esfuerzos entre diferentes marcas.
 
9.     Inversor o Gestor
Otro aspecto a considerar desde el primer momento es el papel a desempeñar por parte del franquiciado, es decir, si se va a limitar a invertir financieramente en un negocio y contratará a un responsable para su gestión diaria o bien, se va a involucrar en el día a día de la empresa lo que le consumirá el 100% de su tiempo. Aunque hay franquiciados que delegan la gestión en un director o responsable, empleado de la empresa, la mayoría de los negocios de este tipo exigen estar encima de ellos y aplicarles la famosa frase de que el “ojo del amo engorda el caballo”.
Si un franquiciador nos dice que no es necesario involucrarse en la gestión de la franquicia, hay que tener cuidado ya que probablemente esté más interesado en que realicemos la inversión que en el buen funcionamiento del negocio. De hecho, algunos franquiciadores culpan del fracaso de un establecimiento al franquiciado por su mala gestión, algo que no siempre es así.
10.                       Barreras a la Salida
Siempre recomiendo a mis clientes y amigos que antes de entrar en un negocio analicen y valoren las barreras de salida, es decir, los inconvenientes o problemas que se pueden encontrar si desean cerrar o traspasar el negocio. En el caso de la franquicia, todo suele estar regulado en el contrato (muchas veces abusivo), pero lo más relevante son las penalizaciones del franquiciador, los costes de cierre y liquidación y extinción de la sociedad o bien, si la salida es más ordenada y acordada, mediante la venta del negocio a un tercero, si tenemos libertad para venderlo a quien queramos o nos obligan a hacerlo al franquiciador al precio que se negocie. Como es de suponer, cuando se quiere salir porque el negocio no vende lo esperado, el franquiciador tiene un poder de negociación elevadísimo ya que puede negarse a conceder la franquicia a otro empresario distinto y, por lo tanto, nuestro negocio apenas tendrá valor.
Conclusiones
La franquicia es un sistema que hace ganar dinero a muchos empresarios pero también lo hace perder a muchas familias, por ello, es importante, antes de tomar esta delicada decisión de inversión, considerar estos diez aspectos y otros más, para evitar disgustos mayores con el paso del tiempo. Mi recomendación es que se haga un exhaustivo análisis del negocio y nos dejemos asesorar por expertos en franquicias que pueden abrirnos los ojos y evitar disgustos a futuro.

lunes, 10 de noviembre de 2014

ASÍ NO PODEMOS, EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

Estamos todos preocupados por lo que ocurre en nuestro país con políticos,  empresarios y ciudadanos, pero leer el programa colaborativo de Podemos transmite aún más preocupación y me entran escalofríos de pensar que, si llegan a gobernar,  realmente quieran hacer lo que indican, ya que supondrá un pozo sin fondo en el gasto público que tendrán que financiar los bolsillos de los ciudadanos que no huyan a otros países.

Marx estaba en contra del sistema capitalista y pensaba que la solución a la crisis del sistema y las desigualdades sociales,  consistía en transferir la propiedad del capital de sus dueños, los capitalistas a los trabajadores que serían los que gestionasen los recursos (la tierra es para quien la trabaja), eso sí, Marx no mostraba cómo se podía hacer eso, sin embargo fue la base de los movimientos comunistas del siglo XX, por cierto fallidos. Keynes no estaba en contra del capitalismo, pero le daba al Estado el poder de gestionar la economía mediante un elevado intervencionismo y participación en el capital, utilizando para ello el gasto público y elevando los impuestos.
Creo que PODEMOS y su líder, que en su ADN es marxista-leninista-bolivariano apuesta por un gazpacho intelectual cuyos principales ingredientes son Marx, Lenin y Hugo Chaves en lo político-social y Keynes en lo económico, pero desconocen cuál es la receta y no saben hacer esa comida para todo el pueblo que pasa hambre.
Realmente, entiendo la indignación de todos los que apoyan a Podemos, yo también estoy indignado, pero no entiendo ni comparto la gran mayoría de propuestas que hacen, ya sea por su falta de viabilidad, porque me siento europeo o porque veo que nos van a expoliar mucho más de lo que nos hacen los gobiernos actuales.

Tras el naufragio del buque del Estado (donde la tripulación ha saltado antes que nadie), flotamos en medio del océano y nos agarramos a cualquier cosa que flote, para evitar hundirnos y sobrevivir, aunque sea un trozo de madera podrida y llena de termitas.
BRINDIS AL SOL

Lo que es evidente, es que la cercanía de las navidades, ha conseguido que Podemos haya sido el primero en hacer la “Carta de los Reyes Magos”, con una cantidad de ideas sin analizar en profundidad. De las muchas medidas que proponen, algunas más representativas son

1.    Fijar salarios máximos y mínimos

2.    Jubilación a los 60 años y semana laboral de 35h para reducir el desempleo

3.    Prohibición de los despidos en empresas con beneficios

4.    Eliminación de las empresas de trabajo temporal

5.    Pensiones no contributivas iguales al salario mínimo

6.    Auditoria de la deuda pública y privada para favorecer los intereses sociales frente a los prestamistas

7.    Control público de los sectores estratégicos (educación, sanidad, energía, transporte, telecomunicaciones, farmacéutico, alimentación) con la nacionalización de las empresas o creación de empresas públicas

8.    Garantizar que el ICO de créditos a cualquier sector de actividad

9.    Regulación pública de los tipos de interés básicos de la economía

10. Creación de una banca pública, recuperando las cajas de ahorros

11. Facilitar la participación de los trabajadores en los consejos de administración de las empresas

12. Implantación de la tasa Tobin para las transacciones financieras

13. Tasa sobre los beneficios bancarios

14. Impuestos a las grandes fortunas

15. Recuperación del impuesto del patrimonio con gravamen progresivo, incluyendo la vivienda habitual con un mínimo exento.

16. Renta básica universal

17. Nacionalización de todos los hospitales privatizados

18. Eliminar subvenciones a colegios privados y concertados

19. Derogación del plan de Bolonia en la universidad

20. Incorporación al parque público de las viviendas no vacías e impuestos a los inmuebles no ofrecidos al alquiler social

21. Despenalización de la ocupación de viviendas

22. Impuestos directos progresivos para viviendas infrautilizadas

23. Abandono del tratado de libre comercio entre USA y Europa y fomento de tratados con Latinoamérica

24. Derecho a decidir de los pueblos

25. Eliminación de vallas fronterizas y libre circulación por la UE de inmigrantes sin papeles.

Palabras como prohibir, abandonar, control, impuestos, derogación, nacionalización, público, eliminación, regulación, auditoría, etc , se repiten continuamente en el texto, y todas tienen un eje común, aumento espectacular del gasto público financiado con impuestos que todos pagaríamos, además de una supraregulación estatal que bajo el lema de gestión democrática, lo que hará es manejar en la práctica, cual titiritero, todos los sectores de actividad y todos los movimientos ciudadanos, pasando a ser todos marionetas controladas por el poder.

ME GUSTA LA MÚSICA PERO NO ENTIENDO LA LETRA
Creo que no me equivoco al decir que la gran mayoría de todos nosotros estamos de acuerdo con los principales mensajes populistas (sobre el diagnóstico del país) que continuamente lanza Podemos, ya sea a través de su líder Pablo Iglesias o mediante las innumerables intervenciones que hacen sus defensores en diversos medios de comunicación.  A casi todos nos indigna la corrupción política y empresarial (menos a los corruptos), la falta de perspectivas laborales de jóvenes y no tan jóvenes, el fraude fiscal consentido, la no independencia de los poderes del Estado, el derroche del estado del bienestar, el endeudamiento que tendremos que pagar durante varias generaciones, las puertas giratorias, etc, etc, etc.
Hasta aquí, todos estamos convencidos, pero el problema de fondo aparece cuando sólo algunos de nosotros, intentamos profundizar en el discurso programático de Podemos y  no vemos la viabilidad de las medidas, por ninguna parte, más allá de aumentar inexorablemente los impuestos que todos (y digo todos) pagaremos para mantener a muchas personas necesitadas, en vez de transformar el modelo productivo y económico de este país para conseguir que cualquier familia tenga capacidad de trabajar y obtener rentas, en vez de tener un salario básico por el hecho de existir y subsistir a costa del Estado. Ojalá Google pagara mucho más y nos permitiese tener más servicios sociales, pero la realidad es que al final, esta fiesta la pagaremos los de siempre.

Lo peor viene cuando observamos que, antes del pistoletazo de salida, Podemos comienza a desvincularse sibilinamente de muchas de las propuestas ideológicas que proclamaban  en su programa, algunas como la renta básica universal que, independientemente de su falta de viabilidad y sentido económico, ahora parece ser que no es para todos, o el impago de la deuda que ya contiene matices ante la posibilidad de entrar en un default o la limitación de los salarios máximos que parece ser que ahora sólo atañe a los funcionarios y empleados públicos (menuda patraña, si eso ya lo tienen por ley), entre otros ejemplos. Moderan su discurso para convencer a más ciudadanos, haciendo nuevas versiones de la misma canción.
Por otra parte, la capacidad intelectual y las habilidades de debate de la mayoría de los dirigentes de Podemos es evidente, tienen una buena formación y son eruditos en materia de ciencia política y teoría del estado. También es cierto que sus contrincantes políticos están tan apestados por el hedor de las cloacas del sistema que no pueden defender sus posturas con facilidad, en especial ante un partido sin histórico donde el conocido “y tú más” no vale como argumento.

Ahora bien, si Podemos ganase las próximas elecciones generales, me preocuparía mucho por la persona que tenga la responsabilidad de ocupar la cartera de economía, ardua labor le espera,  pues necesitará a Harry Potter y toda la magia de la escuela Hogwarts para poner en marcha la gran mayoría de las medidas propuestas en su modelo programático. Echando un vistazo al programa que recientemente han aprobado, todo se queda en una lista de los deseos, algunas cosas me parecen deseables pero no viables y otras directamente no las deseo aunque sean perfectamente viables. En cualquier caso, algunas incoherentes con otras y, básicamente sin entrar en el detalle de su implementación y puesta en marcha junto con el coste que ello conllevaría para los ciudadanos.
Para hacernos una ligera idea de lo que digo, hace poco he visto un debate en el Confidencial entre Daniel Lacalle y el economista de referencia de Podemos, Ignacio Alvarez, independientemente de nuestras posiciones al respecto, queda claramente en evidencia, balbucea y asiente en ocasiones, incluso manifiesta errores conceptuales sobre datos macroeconómicos, que un economista no debería tener. Al final, es vapuleado intelectualmente por Lacalle, no hay más que ver dicho video que incluyo en este blog.

EL MODELO DE PODEMOS Y LA REVOLUCIÓN OBRERA
Habiendo visto lo que ocurrió con la antigua Unión Soviética, los países del este, China y otros países que ya abandonaron el sistema comunista, y viendo lo que ocurre en los países donde se ha instalado el populismo, como medio para llegar y perpetuarse en el poder,  y el comunismo como forma de implantarlo, como Venezuela, Ecuador o Bolivia o países de corte comunista, marxista y leninista gestionados con puño de hierro por dictaduras que se perpetúan en el poder como Cuba o Corea del Norte, no entiendo cómo, en un país desarrollado como el nuestro y con los niveles de educación que tenemos actualmente, alguien pretende apostar por modelos claramente fallidos, pero no entenderé si a la hora de la verdad, no somos capaces de elegir un gobernante que cómo Moisés nos lleve a la tierra prometida pero que no nos hunda durante 4 años bajo las aguas del Nilo transformadas en sueños de papel que se los llevará el viento y en impuestos que vaciarán nuestros bolsillos, alejándonos del crecimiento económico y la prosperidad a costa de un presunto bienestar social que nadie ha sabido definir ni pagar.

PODEMOS y su líder, por extensión, tiene un legítimo sesgo de extrema izquierda y de orientación populista, similar a Bolivia o Venezuela (basta con ver sus videos), pero en un país donde las desigualdades sociales, aun estando en aumento, no son, ni por asomo las existentes en aquellas regiones y donde la renta y la riqueza está en manos de unos pocos. Tampoco estamos en los sistemas económicos del siglo XIX y primera mitad del S.XX, ni el analfabetismo de esas épocas, sino todo lo contrario, gente muy formada que aspira a un futuro mejor en un sistema capitalista.

LA REVOLUCIÓN DEL PUEBLO CONTRA SI MISMO
Creo que Podemos se está llenando con personas maltratadas por el sistema, personas resentidas con los que tienen riqueza, entendiendo por rico al que tiene más,  y personas con elevada capacidad intelectual capaces de poner sobre la mesa un discurso hipnotizante (el papel lo aguanta todo), todos ellos con sus razones y formas de pensar,  pero que no son conscientes de las dificultades económicas, jurídicas y sociales,  de poner en práctica todo ello, sin llegar a una fractura social e internacional con difícil vuelta atrás.
Este país tiene muchas familias sin hogar, sin empleo y sin una cobertura de sus necesidades básicas, personas a las que hay que ayudar sin lugar a dudas, pero yo, siguiendo la famosa expresión de “enséñales a pescar y no les des peces”, quiero que quien gobierne, sea quien sea, pueda crear el entorno adecuado para que, tanto empresarios como empleados se sientan cómodos y ganen dinero. Nadie va a crear empresas y desarrollar el tejido empresarial si está todo tan regulado que no se flexibiliza el mercado laboral o hay que pagar salarios mínimos que no permiten tener beneficios y es que el discurso de que la tierra es para quien la trabaja no encaja en un espacio económico global en el que todos estamos inmersos, mucho menos si el acoso tributario ronda por nuestras cabezas como los buitres leonados ante un cadáver. Implantar el sistema comunista, vestido de progresismo, no parece tener sentido en el siglo XXI.
Por ejemplo, perseguir el fraude fiscal, es una medida aplaudida por todos los que no defraudamos al erario público, pero si se traduce en fomentar el expolio fiscal o perseguir al más puro estilo de la santa inquisición, como Torquemada, a cualquiera para aumentar la recaudación, entonces tenemos un problema que nos afecta transversalmente a todos, seamos de derechas o de izquierdas. Si piensan que las grandes multinacionales o las grandes fortunas van a permitir que les frían a impuestos es que no saben que estamos en un mundo globalizado y no saben que existe una cosa llamada convenios de doble imposición internacional si queremos jugar en la misma liga de los países del primer mundo. Si esto ocurre, para pagar el bienestar que buscan, tendrán que acudir, como todos, a los bolsillos de las clases medias y, en especial, las medias-altas, que son las que finalmente pagan el pato, lo cual aumentará la fractura social.
ROMPER CON EUROPA
Creo que implementar las medidas de Podemos, puede conllevar sumir a este país en una autarquía profunda, pues habrá que romper acuerdos y relaciones internacionales con casi todos los países desarrollados, habrá que declarar impagos de deuda a otras instituciones, habrá que renunciar al euro y buscar otra nueva moneda propia para aplicar una política monetaria expansiva , habrá que enfrentarse en los tribunales internacionales o dejar de reconocerlos, habrá que reinventar el concepto de Europa, habrá que inventar un modelo económico que nadie ha sabido crear por ahora, habrá que expoliar los bolsillos de empresarios y ciudadanos para pagar el Estado del País de Nunca Jamás, que es inviable, habrá muchos habrá.

ADIOS A LA CULTURA DEL ESFUERZO Y SUPERACIÓN
Estamos en un país lleno de iluminados y avispados donde se articulan mecanismos para aumentar la riqueza patrimonial sin dar “palo al agua” o viviendo de la mamandurria, tiempos de cambio donde se ha perdido la cultura del esfuerzo y el sacrificio, donde vemos que personas que se pasean por platós de televisión ganan fortunas vendiendo sus miserias o enseñándolas en realities sin sustancia, por lo que dudo mucho que un partido, sea quien sea, pueda cambiar en poco tiempo lo que es la base de nuestra cultura como país. Cuando somos niños copiamos en los exámenes para conseguir nuestros objetivos con el mínimo esfuerzo y cuando somos adultos seguimos buscando atajos (como en IKEA) para alcanzar antes nuestros objetivos o aparentar lo que no somos ante los demás escalando sobre la pirámide de Maslow. Posiblemente un Estado paternalista y controlador de la actividad, favorezca la perpetuación de este tipo de comportamientos que deberíamos desterrar. ¿Para qué voy a crear una empresa y arriesgar si me limitan mis beneficios pero no me limitan mis pérdidas y, además, me imponen muchos de mis costes?, ¿Para qué voy a estudiar más o esforzarme más por conseguir un puesto directivo si al final todos somos iguales?
El modelo propuesto por PODEMOS, va a quitar los peces a pescadores humildes (que no pobres) para dárselo a quienes no quieren pescar, pero no se los quitarán a los que están faenando en los grandes caladeros económicos, esos están en aguas internacionales y no les puedes fiscalizar.

¿REALMENTE PODEMOS?
El amor es ciego pero si te engañan las cosas cambian. Cada vez hay mayor desafección de los ciudadanos por los partidos a los que votaron en el pasado, o bien, por los que representan su misma ideología e incluso por los que suponen alternativa contraria a la ideología propia. El desencanto generalizado, con la clase política, sea cual sea su color, es evidente, por ello, el pueblo se siente huérfano y perdido en un naufragio en términos de elección política y ya no se fía de nadie.
Para recuperar la ilusión, creo que podemos y debemos cambiar todo el sistema pero NO con Podemos. Con esta opinión, no estoy defendiendo a ninguno de los partidos actuales, sino todo lo contrario, pero no quiero que el agotamiento e indignación y el resentimiento o simplemente la falta de alternativas, nos impidan reflexionar sobre el modelo de país que queremos y elijamos a un partido (sea cual sea) sin un convencimiento claro de que será lo mejor para nosotros y para las generaciones futuras. Lo que indico es que, en el caso de PODEMOS, estamos leyendo el título sugerente de un libro que tiene todas sus páginas en blanco, excepto el índice y eso, me preocupa bastante, pues no me gustaría que muchas familias españolas tuviesen que emigrar al igual que ocurre con muchas venezolanas.
Podemos está usando la estrategia del “palo y zanahoria”, ahora, para conseguir seguidores, nos enseña la zanahoria de la corrupción y podredumbre del sistema, pero luego nos enseñará el palo cuando haya que ponerlo todo en marcha y, eso será mucho peor.
Hoy más que nunca, es necesario que aparezca un nuevo partido tecnócrata de amplio espectro y de centro que, a modo de regeneración política y social, articulase el proceso de Transición 2.0 que este país necesita, con amplios consensos y con profundos cambios estructurales en las leyes que nos unen a todos, para evitar que la desesperación y el desencanto, de cada vez más personas, nos lleve a cometer una locura y votar a un partido por puro despecho sin reflexión previa. Ojalá ese partido fuese PODEMOS, pero sus dirigentes y su ADN están muy escorados hacia tesis populistas, marxistas, leninistas y bolivarianas que nos pueden llevar a convertirnos en la Venezuela europea si alguien no lo impide o ellos cambien sus posturas. Quizás, si no son capaces de plasmar con detalle el CÓMO y no sólo el QUÉ, deberían cambiar el nombre del partido y llamarse PODRÍAMOS, que es lo que más encaja con las tesis actuales.

martes, 4 de noviembre de 2014

CORRUPCIÓN POLÍTICA, HACIA LA TRANSICIÓN POLÍTICA 2.0

En los últimos días estamos asistiendo a la detención e imputación de nuevos personajes de la vida pública y/o empresarial de este país, según las cifras de algunos medios, 141 imputados en el mes de octubre.  La cantidad de presuntos delitos de corrupción ha sobrepasado con holgura los límites de la paciencia de la ciudadanía, hasta el punto de que, independientemente de los nuevos casos que se puedan destapar, que aparecerán, algunos partidos, en especial Podemos, están capitalizando la indignación, la frustración, la ira y furia de los ciudadanos para conseguir gratis una campaña de marketing sin igual que está teniendo una relación coste beneficio que ya la quisieran para sí los demás partidos.

De hecho, la indignación de los ciudadanos aumenta exponencialmente, pues de los 1.900 imputados que se contabilizan por casos de corrupción, sólo han sido condenados 170 y, de ellos, sólo 30 se encuentran en la cárcel, bueno, realmente 29 porque Jaume Matas ya se encuentra en tercer grado penitenciario después de pasar 3 meses en la cárcel en el módulo de ingresos y varias causas judiciales pendientes.

TRUCO O TRATO

Tampoco me queda claro si robar varios millones de euros e ir a la cárcel un par de años es un castigo o un premio, porque al final, por un lado, nadie devuelve el dinero  (con lo cual es un buen salario en poco tiempo) y, por otro,  las cárceles españolas parecen resorts de lujo, véase el caso de la cárcel de Estremera que tiene piscina, jardines y biblioteca con acceso a internet y otras prebendas, imagino que incluso las celdas son Junior Suites con jacuzzi, vistas panorámicas y todo tipo de complementos.

Por si fuese poco, no hay un reintegro o restitución de los patrimonios ilegalmente sustraídos al erario público, ni intención de hacerlo. De hecho, ni siquiera hay reconocimiento del delito o, si lo hay, no hay muestras de arrepentimiento (sólo basta con ver el caso de las tarjetas black o de la alcaldesa de Alicante). Además de que no se reintegran los fondos obtenidos ilegalmente, cuando el imputado se encuentra acorralado y no le queda otra que reconocer el delito, primero reconoce el menor de todos para dejar al margen el resto de los cometidos, segundo evitan dejar su cargo político hasta que no les queda otra, tercero reconocen el delito fiscal de aquello que ha prescrito pero evitan reconocer los sobornos y comisiones fuente de la corrupción.

Algunos, sin pudor alguno, declaran sufrir síndrome confusional y evitan declarar ante el juez y otros, simplemente, siguen en su cargo con mirada desafiante hacia los ciudadanos y sus compañeros de partido, sin sufrir el más mínimo bochorno. Muy seguros de si mismos se encuentran, probablemente porque se sienten arropados con la manta de otros, manta de la que amenazan tirar.

Es tal el clima social que algunos jueces comienzan a ordenar el ingreso en prisión para aquellas personas condenadas a menos de 2 años para evitar el escándalo social que se puede vivir y que puede resquebrajar los pilares de nuestro sistema legal.


DELITO FISCAL O BLANQUEO DE CAPITALES

Una pregunta que hago a algunas personas es si es más grave no pagar impuestos o saquearlos, es decir, es peor no ingresar el dinero en las arcas públicas o llevárselo del erario a manos llenas para enriquecimiento personal de algunos o simplemente para hacer obras faraónicas que contribuyan a que algunos políticos pasen a los anales de la historia.

Creo que dentro de nuestra cultura, como país y como sociedad, tenemos muy arraigado que es mucho más grave robar que dejar de pagar, no hay más que ver el castigo con que se paga la morosidad, en algunos casos ninguno. De hecho, las fuerzas de seguridad del Estado persiguen a quienes retraen el patrimonio de otros pero no a quienes dejan de pagar lo que deben, eso al menos no se persigue penalmente, suele ser un tema civil o administrativo.

Aquí nace el problema, pues se critica al ladrón pero no al gorrón, y dentro de los ladrones, se penaliza más al robaperas que al ladrón de cuello blanco. La complejidad en el delito conlleva un premio mayor, pues la posibilidad de condena se reduce.

Aunque parezcan delitos similares, la realidad es que el delito fiscal se comete cuando en un ejercicio se defrauda a la hacienda pública un importe superior a 120.000€, lo que conlleva pasar de una sanción administrativa a un proceso penal. Sin embargo, el blanqueo de capitales, la corrupción, el tráfico de influencias y otros similares están tipificados dentro del código penal con penas mucho más elevadas que el delito fiscal.

De hecho, el blanqueo de capitales consiste en la introducción de fondos monetarios en el circuito del sistema financiero mediante la articulación y estructuración de operaciones que buscan disfrazar el origen de dicho dinero, sus propietarios reales y la ubicación de los capitales, permitiendo la integración de dichos fondos en la sociedad mediante bienes con apariencia legítima.

Admitir el blanqueo de capitales supone admitir el origen delictivo del dinero, ya sea por corrupción, tráfico de influencias, cohecho, o una mezcla de todo, lo que supone, en la práctica, enfrentarse a penas de cárcel muy superiores y a varias causas judiciales en paralelo.

Por otra parte, el fraude fiscal puede ser un delito cometido en solitario, pero los otros cargos, conllevan casi necesariamente la existencia de sistemas piramidales organizados que pivotan sobre las estructuras y centros de poder político y que involucran a muchas personas simultáneamente, lo que asemeja a comportamientos delictivos como los de una mafia o banda criminal.

Es tal el sentimiento de impunidad que tienen que en algunos casos, van dejando pruebas y rastro de los actos delictivos cometidos, convencidos de que están por encima de los demás y que como hay otros implicados, la amenaza de tirar de la manta va a cerrar muchas bocas poderosas.

EL VIAJERO SIN BILLETE

Todos conocemos a personas que se aprovechan del esfuerzo de los demás, y que ante la complacencia de todos, hacen lo que les da la gana. Recuerdo un compañero de clase que siempre que íbamos a tomar unas cervezas en grupo, era el que pedía para él la bebida más cara, las marcas más prestigiosas y los pinchos más exquisitos, mientras que los demás íbamos simplemente a tomar un café en un descanso entre clases. El problema que todos comentábamos era que la factura del bar se pagaba con un bote que poníamos a escote entre todos y, este individuo, en varias ocasiones había olvidado su cartera en casa. Al final, por educación, terminábamos pagando los demás las consumiciones de este individuo que ya apuntaba maneras, no sé dónde trabajará ahora, pero probablemente esté repitiendo ese tipo de comportamientos en su entorno mientras que nadie le pare los pies.

En nuestra sociedad, aunque cada vez se condena más el fraude fiscal, se sigue tolerando a quienes no pagan impuestos, a veces un familiar o simplemente nosotros mismos cuando evitamos pagar el IVA. Bien es cierto que la voracidad del Estado está favoreciendo este tipo de prácticas ya que al final siempre somos los mismos los que pagamos la factura fiscal.

Todo lo anterior, sirve de alimento a una sociedad civil más defraudada con el sistema y sus dirigentes,  muchos de ellos han perdido hasta la vergüenza y, mientras tanto, me pongo a pensar en el canto de sirena de Podemos y veo, con sorpresa que su discurso cala a fondo conforme se van aireando nuevos casos de corrupción. Mucha gente piensa que es el gran y ansiado “mirlo blanco” que va a resolver, de un plumazo y de la noche a la mañana todos nuestros problemas como sociedad y como ciudadanos.

¿EL FIN DEL BIPARTIDISMO?
El PP, PSOE e IU, por su parte, están en caída libre, y lo que están haciendo, cara a la galería, para salvarse es dinamitar de forma controlada aquellas partes o representantes del partido que se encuentran gangrenadas antes de que el resto del cuerpo se vea indefectiblemente afectado por la enfermedad. El problema es que, el cáncer que sufren los principales partidos políticos, está en fase IV y situación de metástasis con bajas probabilidades de supervivencia y pronóstico letal.

Según la última encuesta del CIS, el partido de Pablo Iglesias (PODEMOS) se convertiría a día de hoy en la primera fuerza política por intención de voto directa con un 27% (según Metroscopia)  frente al resto de partidos que tendrían menor porcentaje. Parece ser, que ante estos resultados, el CIS ha pospuesto una semana su barómetro de octubre, y cabe preguntarse por qué hace esto si no es por el revuelo social que genera este dato y por el nerviosismo  político que despierta entre los tres partidos históricos de la democracia (PP, PSOE e IU), que comienzan a preocuparse seriamente ante el más que probable resultado de las próximas elecciones generales, si alguien no lo impide. Una simple reflexión recordando a Chicote, me hace pensar que tal vez se estén cocinando los resultados del CIS para evitar un escarnio político y público que avergüence (si es que se puede más)  a los partidos políticos ante la ciudadanía y ante el resto de gobiernos europeos y del mundo. Sólo falta que el pequeño Nicolás  esté de jefe de cocina, mediando en los resultados de dicha encuesta, tampoco me extrañaría mucho con lo que estamos viendo.

En este contexto, los partidos tradicionales han perdido su capacidad de seducción y ven cada vez más difícil seguir convenciendo al ciudadano para que les vote, pues la gran mayoría de todos nosotros estamos hartos de que unos pocos metan sus manos en nuestros bolsillos y los de las próximas generaciones para llenar los suyos y los de sus allegados.

BUSCANDO POLÍTICOS HONESTOS Y PREPARADOS

Si los actuales partidos fuesen de cultura samurái, pondrían en marcha el “harakiri” para salvar su honor, pero difícil es que quien vive del sistema acometa un proceso de catarsis y regeneración que suponga el suicidio político colectivo de los que ahora están para ser sustituidos por savia nueva y fresca que no esté infectada por los males endémicos del sistema.

Cualquiera puede aspirar a desempeñar un cargo político, a servir a los ciudadanos, pero no cualquiera está capacitado técnica ni moralmente para ello. Al igual que ocurre en el mundo empresarial, debería haber mecanismos de selección y reclutamiento de todos aquellos que vayan a engrosar las listas electorales de los partidos, con un buen curriculum (no digo brillante) acorde a las funciones y competencias que debe tener para el puesto político.

No se puede ser honesto y decente porque lo diga una ley, los partidos no pueden esperar acabar con la corrupción con un gran desarrollo legislativo, pues el político debería ser fiable y ejemplar, algo que nace de la educación de cada uno y no de la imposición mediante sistemas punitivos o coactivos que, como podemos observar, no funcionan en la práctica.

Puestos a soñar con un modelo político mejor, aunque no creo que sea posible alcanzar la tolerancia cero en el ámbito de la corrupción, si es posible, a largo plazo, desarrollar programas de educación en la escuela, de concienciación en la sociedad y de control por parte de las instituciones, que permitirían reducirla en gran medida. Mientras tanto, en el corto plazo, creo que podrían articularse mecanismos de headhunting profesional estableciendo sistemas de reclutamiento y selección similares a los de las empresas más exigentes del mercado, buscando como Juan Valdés, el mejor grano que dé el mejor café, sin embargo, mientras no cambiemos el sistema electoral y el modelo de partidos políticos de la transición del 1975, la Transición 1.0, no seremos capaces de transformar nuestro modelo de Estado.

La vida política se ha profesionalizado de una forma tal que se ha convertido en el modo de vida de muchos y en el instrumento para enriquecerse de otros, todo basado en que el dinero público no es de nadie y si falta se suben los impuestos sin pudor alguno. Si aceptamos que hacer política pueda ser una profesión y debe estar bien pagada (que en muchos casos ya lo está), como ocurre con los altos directivos de las multinacionales, entonces debemos exigir que los que se presenten a las elecciones, lo hagan con listas abiertas y que tengan las competencias y habilidades adecuadas a su profesiograma político, así como los conocimientos técnicos adecuados para gestionar la maquinaria del Estado, por ello, sería deseable que cada político pase por un proceso de selección y reclutamiento al igual que en las empresas y que su mandato pueda ser revocado en cualquier momento en vez de esperar 4 años.

El que haya muchos políticos que desde sus inicios trabajen para el partido, que no sepan lo que significa hacer la cola del paro, echar CV durante meses sin recibir una llamada, formarse para mejorar, no haber trabajado en una empresa privada, en definitiva, no haber pasado por lo que pasa un ciudadano normal y corriente, les sesga su capacidad de acercarse a las necesidades del ciudadano y los pone en un plano superior donde piensan que todo vale y que son los titiriteros que con sus hilos nos manejan a todos a su antojo.

HACIA LA TRANSICIÓN 2.0

De la misma forma que a un economista, un médico, un odontólogo o un ingeniero, le exigimos una formación y un título oficial que certifique mínimamente su cualificación, deberíamos exigir a quienes nos dirigen que realicen una formación específica y que tengan un certificado de conocimientos mínimos, competencias, habilidades y honestidad demostrada.

¿Se imaginan a un político enviando su CV a un portal de empleo especializado en selección de políticos para partidos y sufrir los procesos de RRHH que sufren excelentes profesionales del mundo empresarial? Aunque sea una idea algo rara (y poco viable hoy dia), no sería mala idea que pensásemos que si realmente queremos cambiar todo lo que no nos gusta de nuestros mandatarios, hay que cambiar de raíz la forma de hacer política y de elegir a quienes van a marcar el rumbo de nuestras vidas y el destino de nuestros impuestos. Necesitamos un modelo totalmente nuevo y no más de lo mismo con otras caras, es decir, el mismo perro con distinto collar.

Muchos hablan de regenerar el sistema y yo hablo de resetearlo, redefinirlo y rediseñarlo para volver a parametrizarlo con los valores del siglo XXI y volver a rearrancarlo con el nuevo sistema operativo que llamo Transición 2.0.







domingo, 19 de octubre de 2014

EMPRENDEDORES, EMPRESAS Y SOCIOS, 6 PREGUNTAS CLAVE


Poner en marcha una empresa puede ser una desafío ilusionante pero también puede convertirse en la peor de las pesadillas a corto, medio y largo plazo.  Muchos emprendedores que tienen ideas de negocio, desarrollan una visión idílica del mismo que conlleva a tomar decisiones de diferente tipología, una de ellas está relacionada con los compañeros de viaje.
Crear un negocio, exige ilusión, visión, motivación, actitud, esfuerzo, sacrificio, trabajo y financiación, a veces, y cada vez más, aparecen nuevos emprendedores por las circunstancias adversas de la vida, aquí aparece la famosa frase de si el emprendedor nace o se hace, yo creo que cada persona va moldeando sus comportamientos y actitudes hacia la vida conforme va creciendo en un determinado entorno y que la aversión al riesgo que es mayoritaria en nuestro país, viene determinada por factores culturales (nuestros padres casi siempre nos empujan a estudiar para conseguir trabajo, no para generarlo),  factores regulatorios (crear, mantener y hacer crecer una empresa supone una serie de trabas difíciles de asumir) y factores financieros (es difícil conseguir recursos para alimentar, al menos inicialmente un proyecto empresarial).

Otro factor relevante es la dificultad que tienen muchas personas de separar su vida personal de su vida empresarial, ya no digo cuando hablamos de la separación del patrimonio personal y profesional y, por tanto, separar objetivos personales y empresariales.
En este sentido, afrontar un proyecto de empresa con un determinado modelo de negocio exige a los emprendedores tomar una decisión crucial, si hacerlo en solitario o en compañía de otros socios, pues muchas personas piensan que necesitan trabajar junto a otros por razones diversas, algunas relacionadas con diluir el riesgo del negocio, otras con la necesidad de contar con otras fuentes de financiación y otras por buscar complementariedades para el negocio a desarrollar, a veces, también para tener alguien con quien apoyarse mutuamente en momentos difíciles.

Aunque, a priori, puede parecer que dos o tres cabezas piensan mejor que una, no siempre es así, pues somos diferentes en nuestros pensamientos y objetivos. La decisión no es baladí, pues de ella dependerán los pasos a seguir y probablemente será la causa del éxito o fracaso del negocio. Por ello, la primera reflexión que debe realizar un futuro empresario es si necesita o no realmente más socios. No se debe confundir la necesidad de un socio con la necesidad de un empleado, algo muy común entre empresarios iniciados. Yo me caso con mi mujer que es mi socia en el matrimonio,  lo hago porque tenemos un proyecto de vida en común, pero si lo hago porque necesito que alguien me haga la cama, limpie la casa y me ponga la comida, amén de otras necesidades más básicas, entonces, además de ser un machista, es que soy tonto de solemnidad porque hubiera sido mejor contratar una asistenta que viene unas horas a casa y que la puedo despedir cuando no la necesite, mientras que con el otro modelo, tengo que estar 24 horas con alguien con quien no comparto un proyecto, que vamos a estar discutiendo todo el tiempo y cuando llegue el divorcio será muy traumático.
Igual que en algunas parejas puede ocurrir con los socios de una empresa, tras el enamoramiento inicial, el noviazgo, la boda y el viaje de novios, comenzamos un proceso de convivencia que es lo que determinará la longevidad de la relación, pues si aparecen divergencias en el proyecto, si uno de los socios lo hace todo por la empresa y el otro apenas aporta, si aparecen infidelidades (también las hay empresariales) o los reproches ante problemas, la relación empresarial comienza a verse afectada y se va generando un cáncer de muy difícil tratamiento y con pronóstico letal.

Así pues, en mi experiencia, no solo laboral, sino en la empresarial (que es donde más se aprende y más golpes recibes), he conocido personas y socios de todo tipo, unos muy recomendables y otros que eran o son un puro espejismo de lo que decían ser ya que tras ellos no había nada, salvo que son grandes encantadores de serpientes.
Yo, que soy una persona a favor del trabajo en equipo, creo que la clave reside, a la hora de poner en marcha un negocio, en elegir muy cuidadosamente los componentes del equipo, teniendo en cuenta sus puntos fuertes y débiles y su capacidad para poner en riesgo la visión de negocio que se tiene. Algunas personas, serán parte del equipo fundador, y serán socios empresariales y otras serán colaboradores con aspiraciones a ser asociados si cumplen con los objetivos pactados y ellos mismos se sienten involucrados y motivados por el proyecto.

No hay que obligar a nadie a que se asocie contigo, muchos emprendedores piensan que un plan de negocio se hace sólo para enamorar a los inversores y potenciales socios, lo cual no deja de ser una de sus facetas, pero cuidado si te embarcas con alguien al que has engatusado y luego se revuelve contra ti y te muerde, o simplemente, te deja tirado a mitad de camino.
Junto con la elaboración de un plan de negocio, el futuro empresario debe hacerse algunas preguntas sobre los socios que quiere embarcar en su nave societaria, las respuestas a las mismas determinarán el rumbo del negocio y las tormentas que aparecerán en el viaje.  Aunque son múltiples las cuestiones a analizar, sin entrar en las relacionadas con la administración y control de la sociedad (que son objeto de reflexión aparte) voy a exponer, las que considero más importantes, a la hora de elegir uno o varios socios para remar conjuntamente.

1.    ¿Por qué necesito un socio, qué busco en él?

2.    ¿Cuál es su grado de involucración y compromiso con el negocio?

3.    ¿Cuáles son sus objetivos y expectativas?

4.    ¿Cuál es la situación financiera y personal del socio?

5.    ¿Cuál es el CV de tu socio?

6.    ¿Firmamos acuerdos para-sociales?

 
¿Por qué necesito un socio, que busco en él?
Hay quien opina que lo ideal es que los socios sean muy similares en actitud, carácter y estilos de vida, de ahí que muchas personas se lancen a montar negocios con amigos de toda la vida, con hermanos y familiares o incluso con compañeros de trabajo con los que tiene buena relación. Eso puede funcionar al principio, pero conforme pasa el tiempo vemos que la convivencia empresarial suele deteriorarse por las divergencias en el enfoque del negocio y, en especial en los intereses personales y/o profesionales del otro.

Un socio, debería ser alguien que complementa, que suma y no que reste, pero que ayude a llevar a buen puerto el barco, puede ser un socio financiero, puede ser un socio con capacidad comercial y contactos, con involucración y capacidad de trabajo, un visionario o alguien muy analítico que se enfoque en los detalles.

¿Cuál es su grado de involucración y compromiso con el negocio?
Es muy importante tener claro qué grado de implicación tiene una persona en el negocio y cuál es el que el propietario quiere que tenga, pues ello va a determinar si lo necesito como socio o no,  además de que guiará el tipo de relaciones existentes.

Aquí me gusta diferenciar entre 7 tipologías de individuos que conviven dentro del ecosistema de una empresa, está el emprendedor, el visionario, el empresario, el inversor, el directivo, el colaborador y el empleado. Muchas veces, todas esas facetas las asume la misma persona, pero no siempre tiene por qué ser así.
Hay personas que son visionarias pero que no tienen los pies en el suelo, están fuera del mercado y de la realidad, son soñadores que tienen muchas ideas en el sofá de su casa, pero que nunca ponen en marcha porque no están realmente despiertos, sólo sueñan, no son emprendedores. El emprendedor es el que despierta del sueño, arriesga y se lanza a poner en marcha un proyecto pero se llega a empresario cuando se es capaz de mover los hilos de forma armonizada, es decir, se es capaz de gestionar todas las partes de la compañía como hace un malabarista.

Sin embargo, el inversor es alguien que pone dinero en un negocio igual que lo haría comprando acciones en la bolsa, la diferencia es que en esta última su capacidad de influencia y control es nula, mientras que en una empresa pequeña puede exigir con cierta facilidad, cambios estratégicos, ya que al final busca rentabilidad a corto, medio o largo plazo.
El directivo, es un individuo que gestiona una o varias áreas de la compañía pero, normalmente, no participa en el capital de la misma y espera un salario y un bonus por resultados, nada más. Aquí se podría hablar largo y tendido sobre la teoría de la agencia, pero eso lo dejaré para otro artículo.

El colaborador es un mercenario (entiéndase en sentido positivo), trabaja para ti y para otros, se puede involucrar en tu empresa en la medida que gana dinero pero no lo hará en los momentos difíciles. Al trabajar para otros, que pueden ser tus competidores, es importante ver si puede haber un proceso de vasos comunicantes que altere o mine tu modelo de negocio.
El empleado es un trabajador, que tienes contratado y que tiene una vinculación laboral con la empresa, espera un salario y alguna gratificación, además de carrera profesional, pero muchas veces, simplemente un sueldo para cubrir sus expectativas personales.

Pues bien, si tenemos un empleado o un colaborador o directivo que no cumple con sus funciones o no se encuentra alineado con nuestros intereses, se despide y punto, pero si se trata de un socio que además del capital inicial, no aporta lo que se esperaba de él y todo lo hacemos nosotros, las discusiones serán continuas y deberíamos tener protocolizado el procedimiento para este tipo de contingencias. Si la involucración y compromiso se aleja de la inicialmente pactada, habrá que resolver el problema antes de que sea una gran bola de nieve que nadie pueda parar.

¿Cuáles son sus objetivos y expectativas?
Muy importante este aspecto, si tu quieres hacer crecer un negocio de forma sostenible y estás pensando en el largo plazo y tu socio tiene un perfil más especulativo y lo que busca es un crecimiento rápido para vender el negocio en el corto plazo y realizar importantes plusvaliás , puede ser que todas las decisiones se vean marcadas por esta necesidad imperiosa, habiendo discusiones sobre inversiones y estrategias que serán de difícil consenso.

Si tienes un socio inversor que lo que busca es rentabilidad a corto,  mientras que tú la buscas a largo y quieres crear una corporación empresarial, lo mejor es que no tengas a ese socio, pero si lo necesitas por cualquier otra razón, lo ideal es pactar un mecanismo ordenado de salida de la empresa, de modo que cuando se cumplan las expectativas mínimas exigidas, tu puedas seguir con tu proyecto.

¿Cuál es la situación financiera y personal del socio?
Es importante analizar cuáles son las obligaciones económico-financieras del socio, si tiene un nivel elevado de endeudamiento o si tiene hábitos de gastar dinero “sin ton ni son” o si lo que busca es un salario que le permita mantener un nivel de vida elevado, pensando que la empresa es el medio.  También es clave conocer su situación familiar y su relación con el cónyuge, pues muchas decisiones  se originan en la alcoba y pueden cambiar o minar el rumbo de la empresa. Seamos cuidadosos, pues nos asociamos con una persona pero no con su cónyuge, el socio de mi socio no es mi socio.

Puede ocurrir que el socio tenga intereses personales que oculta a la empresa y que todas sus motivaciones estén movidas por ellos, sería bueno despejar dudas y hablar con franqueza de la situación familiar y cómo puede afectar a la sociedad o como puede beneficiarla.
A veces no los oculta, simplemente los ve como algo natural, por ejemplo, tener que cuidar de alguien o tener que llevar a los niños todos los días a determinadas actividades o tener cualquier otro compromiso familiar, si bien debemos saber conciliarlo, puede ocurrir que no esté también al 100% en el negocio y esté continuamente a medio gas, interrumpiendo reuniones ,  no acudiendo a citas con clientes o simplemente con la cabeza llena de preocupaciones personales (todos tenemos alguna) que le impidan ver con claridad sus funciones en la empresa. Creo que debemos ser tolerantes, hasta cierto punto, con este tipo de situaciones, pero no dejar que la vida personal de alguien afecte a la tuya y, mucho menos, a la viabilidad de la empresa.

Recuerdo a un importante director de una multinacional, que vivía continuamente bajo los problemas de un divorcio y que incluso pedía a su secretaria que mintiese continuamente a clientes y proveedores, pues pensaba que el abogado de su mujer le perseguía con llamadas para saber su nivel de ingresos y negociar mejor la pensión compensatoria. No era socio, pero estaba muy desenfocado en sus funciones y, al cabo de un tiempo, fue despedido de la empresa.
Debe siempre haber una relación de confianza mutua que permita una comunicación sincera y fluida entre los socios en la que cada uno se sienta cómodo con la posición de los demás y no mezclar amistad ni problemas personales con los negocios, algo que termina en fracaso.

¿Cuál es el CV de tu socio?
Sería bueno estudiar la trayectoria profesional de quienes te pueden acompañar en el viaje, si ha ocupado puestos de gestión, si ha dirigido empleados, qué niveles de facturación beneficios ha gestionado. Cuál es su comportamiento y cuáles son sus decisiones ante situaciones de crisis, qué opinan sus empleados, compañeros o jefes de su gestión y de su honradez, cuál es su fama en el sector, si le gusta gastar mucho presupuesto en gastos innecesarios de la compañía, disponer de coche de empresa, hacer comidas en restaurantes de lujo, todo a costa de la empresa. Si ha sido empresario o lo es de otra sociedad, cuál es su estilo de gestión, si es autoritario o paternalista, cuáles son sus valores y principios, si es amigo de realizar impagos o no tiene escrúpulos en dejar una empresa en quiebra y dejar sin pagar nóminas, si es amigo de defraudar a la Hacienda pública o la Seguridad social, etc.

En mi actividad profesional, he conocido y conozco personas que no tienen el más mínimo escrúpulo en maltratar empleados y colaboradores, por el mero hecho de manifestar su posición de poder y otros que dejan de pagar deudas con acreedores y que duermen muy tranquilos o simplemente que pagan mal y muy tarde, no por necesidades financieras del fondo de maniobra sino porque lo llevan escrito en su ADN. Otros que he conocido no cumplen lo que prometen, se dicen y se desdicen con una naturalidad envidiable, parecen políticos, o simplemente cambian de rumbo de un día para otro, con el consiguiente efecto en la plantilla. El problema es que su comportamiento mancha la imagen de la empresa de la que eres también socio y, por la propiedad transitiva, terminas siendo (a ojos de los demás) igual que tu socio. No creo que sean un modelo de ética y comportamiento para la clase empresarial, pero de todo debe haber en la viña del Señor. Este tipo de individuos son el maná de las empresas de cobro de morosos, pero no todos queremos tenerlos a nuestro lado.

¿Firmamos acuerdos para-sociales?
Aunque parece falta de confianza, a veces es importante saber si el socio estaría dispuesto a poner por escrito todo lo que dice que va a hacer en la sociedad, todo lo que dice que aporta y a mantener un compromiso e involucración que no suponga una jugarreta al resto de socios. No todo se puede poner por escrito, pero algunas veces, la incorporación de un socio viene avalada por unas supuestas capacidades y habilidades que deberían traducirse en objetivos a cumplir. Igualmente es importante, poner por escrito cómo se van a organizar las relaciones entre los socios, más allá de lo previsto en los estatutos de la sociedad.

 
Como se puede observar, se puede hablar largo y tendido sobre el tema, pues surgen nuevas preguntas ante la aparición de socios, pero da para escribir todo un libro. En definitiva, mi consejo es que para elegir a uno o varios socios, no hay que dejarse llevar por el impulso, sino que hay que reflexionar y meditar buscando el interés mutuo y la estabilidad en la relación empresarial, llevando a cabo procesos de adaptación y admiración mutua hacia las aportaciones del otro, con una confianza basada en el respeto y una mentalidad abierta para aceptar propuestas o ser receptivo ante las opiniones de los demás, pues siempre van a aparecer puntos de desencuentro, que debemos saber gestionar sabiamente por el bien común de la compañía, algo que puede incluso ser una fuente de ventaja competitiva frente a otras empresas.