martes, 11 de septiembre de 2018

LA GUERRA COMERCIAL DE TRUMP

Aquí pongo mi último artículo publicado en prensa


La economía europea comienza a mostrar signos de ralentización a la espera de los posibles efectos negativos de la política arancelaria de D. Trump, y es que uno de los principales ejes del comercio internacional afirma que la situación más beneficiosa para los países, en su actividad comercial, se alcanza a través del libre comercio, eliminando políticas proteccionistas, por la que cada país se especializa en la producción de aquello para lo que tiene ventajas comparativas. Lamentablemente, los modelos económicos no explican suficientemente las complejidades del mundo real.

Las políticas arancelarias son medidas claramente contractivas para la economía debido a sus efectos sobre el consumo, empleo, inversión y exportaciones netas. Peor aún, si además, como consecuencia de las mismas, los países toman represalias imponiendo nuevos aranceles, algo mutuamente destructivo para todos. No obstante, el país que mejor juegue sus cartas, será el que obtenga mayores réditos económicos de esta guerra.

Actualmente, los tres grandes protagonistas del comercio internacional son Estados Unidos, China y la Unión Europea. Según datos de Eurostat, en términos de cuota de importaciones sobre el total mundial, lidera EEUU (17,6%) seguido de EU-28 (14,8%) y China (12,4%), mientras que en exportaciones está China (17%), UE-28 (15,6%) y EEUU (11,8%).

Según la misma fuente, el comercio exterior de mercancías de la UE-28 en 2017 alcanzó los 3,74 billones de euros de los que EEUU importó de la UE-28, en 2017, mercancías por valor de 375.459 millones de euros (representa el 20% de las exportaciones de la UE-28) y exportó por valor de 255.483 millones de euros (13,8%), lo que implica un déficit comercial de 120.000 millones € que Donald Trump pretende corregir para alterar la tendencia.

En esta línea, EEUU está llevando a cabo, en los últimos meses, una política comercial beligerante contra sus principales socios comerciales como Canadá, México, China y la UE. Se trata de un paquete de medidas proteccionistas de las que la más conocida es la imposición de aranceles de hasta el 25% sobre las importaciones de acero y aluminio.

EEUU es el segundo exportador mundial y el primer importador, los países de los que más importa son China, Méjico, Canada, Japón y Alemania y aquellos a los que más exporta son precisamente estos mismos. El problema se basa en que con todos ellos mantiene un importante déficit comercial que está creciendo en los últimos años.

En el caso de la EU-28, las principales exportaciones las realiza a EEUU (20%), China (10,5%), Suiza (8%), Rusia (4,6%) y Turquía (4,5%). En cuanto a las importaciones destacan China (20,2%), EEUU (13,8%), Rusia (7,8%), Suiza (5,9%) y Noruega (4,2%).

En este sentido, el efecto sobre la UE de dichos aranceles es relevante y está valorado en 6.400 millones de euros por lo que ya ha anunciado aranceles del 25% sobre 200 productos que importa de EEUU, lo que supone una penalización de 2.600 millones de euros, insuficiente para compensar lo que está en juego. Además, la UE tiene un problema añadido y es que, aunque la exportación de acero a EEUU representa un 15% del total, la reducción de las exportaciones como consecuencia del arancel generará un mayor clima competitivo en una Europa que tiene exceso de capacidad productiva, lo que conllevará a guerras de precios internas, algo poco deseable.

Por si fuera poco, además de los aranceles de EEUU a otros productos alimentarios de Europa, en los últimos días, y cuando parecía que se iba a llegar a un acuerdo, Trump ha anunciado aranceles del 25% a la importación de vehículos de la UE, otra partida relevante. En los vehículos, mientras que la UE aplica un arancel del 10% a los americanos, EEUU sólo aplica el 2,5% y como consecuencia compañías como General Motors decidieron abandonar el mercado europeo ante una escasa cuota de mercado y la ausencia de beneficios. Visto así, parece que la relación comercial está desequilibrada a favor de la UE donde el país que mayor riesgo corre es Alemania pues el 25% del valor de las importaciones de EEUU a Alemania son vehículos y repuestos que representan un valor de 28.000 millones de $, nada desdeñable y que explica por qué la UE se está poniendo nerviosa mientras que Trump juega bien sus cartas.

Sin embargo, los tiempos que manejan nuestros políticos en Europa a la hora de analizar, negociar y firmar acuerdos no tienen nada que ver con la mentalidad ejecutiva de los norteamericanos, que buscan decisiones rápidas y rentables, ya que tienen muy interiorizado el concepto de que el tiempo es dinero y, si hablamos de Trump, empresario millonario, dilatar el proceso de negociación seguramente le pondrá irascible, acostumbrado a descolgar el teléfono y que sus órdenes se cumplan de inmediato.

Una guerra comercial a varias bandas como la que está organizando Trump no interesa a nadie salvo al propio Trump que aplica el dicho de “a rio revuelto ganancia de pescadores”, todos salimos perjudicados, sin embargo en esta batalla, los mercados parecen apostar por Trump como se demuestra en la revalorización del dólar frente al euro en los últimos meses como consecuencia de que unas expectativas de mejora en la balanza comercial, genera una apreciación de la moneda, lo que a medio plazo también es negativo para EEUU.

En un mercado global, las restricciones y barreras comerciales terminan afectando a todas las industrias, ya sea directa o indirectamente, por lo que esperemos que a la vuelta de estas vacaciones nuestros políticos europeos sean capaces de llegar a acuerdos rentables con EEUU. Ahora bien, la amalgama de intereses diversos de los países europeos, así como las diferentes ideologías políticas, hace complejo llegar a una solución rápida y consensuada que sea satisfactoria para todas las partes, lo que terminará, con toda probabilidad inclinando la balanza a favor de Trump que es quien realmente está liderando todo este proceso con consecuencias económicas negativas para la Eurozona.

En vista de estos datos, no parece lógico que un país, primer importador mundial, que es muy dependiente del acero y del aluminio, pretenda que el precio de un factor de producción suba, sino estimular un cambio en las condiciones comerciales, alterar el status-quo, enfrentando a unos y otros, renegociando nuevos acuerdos para que EEUU salga reforzado en comercio exterior (“Make America great again”).

lunes, 3 de septiembre de 2018

YA QUEDA MENOS PARA LA TECNOLOGÍA 5G

Aquí reproduzco mi último artículo publicado sobre tecnología 5G

TECNOLOGÍA 5G A LA VISTA


El desarrollo de la sociedad de la información a través de Internet y las tecnologías inalámbricas exige un profundo cambio estructural de las redes de telecomunicaciones del siglo XXI. El uso cada vez más generalizado de los dispositivos móviles para acceso a servicios y contenidos intensivos en ancho de banda junto con la proliferación de nuevos dispositivos nos sumerge en un gran proceso de transformación digital de la economía y la sociedad que va a demandar en los próximos años una mayor capacidad y velocidad de las comunicaciones, a la vez que nos encontraremos con profundos cambios conceptuales, entre ellos el uso intensivo y extensivo de nuevos tipos de dispositivos que permitIrán ofrecer nuevos servicios y que se vertebrarán sobre infraestructuras de red virtuales, dinámicas y complejas que permitan gestionar millones de conexiones de forma simultánea y en tiempo real junto con una descentralización de los recursos y capacidades de procesamiento de las aplicaciones.

Igualmente, junto al desarrollo de los contenidos de alta definición, la robótica, la realidad virtual, el big-data, la inteligencia artificial o la telemedicina, el verdadero protagonista de la digitalización será el IoT (Internet of Things) pues actualmente, según Statista, hay más de 23 mil millones de dispositivos conectados a internet y se estima en más de 75 mil millones dentro de 7 años. Sin embargo, dar una respuesta satisfactoria a esta demanda no es tarea fácil pues la reciente tecnología 4G+ que ya ha conseguido alcanzar los 750 Mbs no permite disponer de suficiente capacidad para albergar las comunicaciones de tal cantidad de dispositivos a la vez que, a mayor número de dispositivos ubicados en una misma zona y utilizando el mismo espectro de frecuencias, mayor es el número de interferencias que se generan entre ellos.

Así pues, es necesario el despliegue de una tecnología capaz de impulsar el desarrollo de los servicios del futuro y, por ello, la UE ha establecido el marco y la normativa para la gestión de la tecnología 5G en todos los países, de modo que en 2020 debe encontrarse liberalizado para su comercialización, todo el espectro necesario para su desarrollo. En el caso de España, las frecuencias asignadas van desde los 700 Mhz, que ofrece mayor cobertura y velocidades de 100 Mbps, hasta los 26 Ghz con menor cobertura, pero velocidades de hasta 10 Gbps. Para su cumplimiento, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital ha puesto en marcha el Plan Nacional 5G 2018-2020 para la gestión y planificación del espectro radioeléctrico, que es un recurso público, natural y limitado, que garantiza la disponibilidad de las bandas de frecuencias necesarias para la demanda que se avecina.

Entre las bandas asignadas, se encuentra la de 3,4 – 3,8 Ghz como aquella más idónea para dar soporte a los servicios 5G futuros ya que se encuentra armonizada dentro de la UE y por ello, ha comenzado en julio un proceso de licitación de licencias de derechos de explotación de uso del espectro radioeléctrico en la banda 3,6 – 3,8 Ghz mediante un mecanismo de subasta simultánea ascendente de rondas múltiples. Al proceso han sido admitidos Movistar, Vodafone, Orange y MásMóvil que aportarán más de 437 millones de € al Estado por un plazo de concesión de 20 años, lo que facilita la recuperación de la inversión de las operadoras y menor riesgo, así como un entorno favorable para el desarrollo de infraestructuras de mayor calidad.

La nueva tecnología 5G no sólo va a traer mejoras de velocidad y ancho de banda sino también en aspectos clave para ofrecer mejores servicios como son la calidad de la señal y la latencia inferior a 4 milisegundos, factor crítico para el despliegue del coche autónomo, entre otros. En cualquier caso, un importante paso para el desarrollo de nuestra sociedad y la mejora de nuestra calidad de vida.