jueves, 22 de mayo de 2014

10 CONSEJOS BÁSICOS PARA ELABORAR UN PLAN DE EMPRESA


Muchos emprendedores, empresarios, directivos y muchos alumnos de escuelas de negocio se enfrentan, en algún momento de su vida, a la elaboración del plan de creación de una empresa que de forma a una idea de negocio. En muchas ocasiones me preguntan desde diferentes partes del mundo (ya que asesoro a personas de otros países) cómo se debe elaborar este documento, así que, a continuación voy a resumir muy brevemente, los principales aspectos a tener en cuenta, que son los errores más habituales que suelo encontrar.

En algunas ocasiones, participo en rondas de inversión y, aunque hay ideas interesantes, la mayoría de las veces, veo que se encuentran sin aterrizar y que se sigue jugando demasiado con la intuición en vez de con la información disponible. Montar un plan de empresa debe ser algo que se obtiene como resultado de tantear al mercado, ir a la calle y preguntar a los posibles clientes y no sólo exclusivamente desde una habitación buscando información en Google y dando por válido cualquier dato que nos interese.

A continuación voy a intentar dar las claves, desde mi experiencia profesional, para elaborar un plan sólido que valga la pena leer y por el que muestren interés diferentes inversores. Hay que recordar que a mayor capacidad de enamorar a otros, mayor será la probabilidad de que terceros quieran apoyarnos financiera o materialmente.


1. DESCRIBIR LA IDEA DE NEGOCIO Y  LA EMPRESA

Lo primero que hay que tener clara es la idea de negocio, por tendencia, muchos intentan inventar lo que no existe a pesar de que parezca una estupidez a priori. Imaginen que les propongo como inversores crear una empresa especializada en hacer ropa para peces, desde luego innovador y transgresor es, pero algo me dice en mi interior que la demanda del mercado va a escasear.

El realismo es lo que muchas veces escasea en la aventura empresarial, así que, si se nos ocurre una idea de negocio que a nadie se le ha ocurrido antes, cuidado porque, o somos muy listos y visionarios, o no hemos encontrado competencia cuando realmente existe o simplemente no hay demanda suficiente para ese negocio.

2. DESARROLLAR UNA ESTRUCTURA BASE DEL PROYECTO

Desarrolle la estructura del plan, trabajar sobre algo que no tiene estructura ni una orientación básica, hace que al final, con la cantidad de información que hoy día podemos manejar, no seamos capaces de crear una estructura coherente y un hilo conductor. Además, nos perderemos entre los árboles que no nos dejarán ver el bosque.

3. ELABORAR UN RESUMEN EJECUTIVO

Haga un resumen ejecutivo, nadie se va a leer ese documento infernal y pesado si no se le ofrece un aperitivo intelectual. Los inversores tienen prisa y tienen claro lo que buscan, no les compliquemos la vida que además tienen muchas otras alternativas sobre las que apostar

4. DEFINIR OBJETIVOS A ALCANZAR

Todo aquello que no se puede medir no se puede gestionar, gran frase para la humanidad empresarial. Esta expresión fue lo único que aprendí de uno de los socios de Arthur Andersen, pues el hombre, aparte de mandar mucho, era un “viva la vida” de cuidado, pero utilizaba frases impactantes. Esta, en concreto cuando nos reunía a los directores y gerentes para hablar de nuestros indicadores en la firma. Ahí es donde internalicé el concepto, y a ese individuo, de cuyo nombre no me quiero acordar, se lo debo. Nos quitaba porcentaje de nuestro salario variable si cada mes no conseguíamos un mínimo en determinado indicador, en concreto, los cobros a clientes en el plazo acordado.

Pongo este ejemplo porque me parece significativo para una empresa, pues si no hay objetivos no hay un rumbo definido y, lo que es peor, no sabemos si vamos mejor o peor. Igual que si voy conduciendo un coche y no tengo indicador de velocidad o de combustible.

Un plan de empresa debe tener fijados objetivos a corto, medio y largo plazo y deben ser ambiciosos, realistas, suponer un reto, medibles y tener un plazo y un responsable a quien insultar (lo digo figuradamente) cuando no se cumplen. Vamos, lo que en los libros se llaman objetivos SMART.

Ahora bien, deben ser objetivos sobre los que podamos actuar y aquí viene de nuevo el ejemplo en cuestión, ¿cómo podía yo obligar al Director Financiero de una gran multinacional a que me pagara a tiempo una factura vencida?, imposible, por mucho que me arrodillase o lo llamase o le insultase, no había forma, y mientras, mi variable cayendo en picado.

Lo que quiero indicar es que, además de fijar los objetivos, deben estar alineados con el modelo de negocio y con todo lo que la empresa puede hacer para conseguirlos.

5. ANÁLISIS Y DIAGNÓSTICO

Un buen plan conlleva un análisis profundo, riguroso y detallado. Existen multitud de herramientas que nos permitirán hacer dicho proceso pero debemos tener claro que no todas las herramientas serán válidas, dependiendo de nuestro negocio y de la información disponible. A veces, utilizar la herramienta inadecuada genera un análisis y un diagnóstico erróneo que nos lleva al fracaso. Es similar a intentar poner una rosca en un tornillo con un cutter, básicamente no hay forma de hacerlo.

Muchas veces, se fuerzan las herramientas y se diseñan matrices o gráficos que no nos dicen nada y que sólo sirven para rellenar páginas y páginas.

Así pues, seleccionar las herramientas más idóneas nos permitirá dar coherencia a nuestro análisis y obtener un diagnóstico mucho más acertado y nítido.

6. IDENTIFICAR Y ESTUDIAR LA COMPETENCIA

Otro de los aspectos clave de un plan es analizar a los competidores actuales y potenciales, para ello, primero hay que identificarlos y cuidado que no es oro todo lo que reluce. A veces, el competidor más peligroso no es el que tenemos delante.

Independientemente de todo ello, un buen y pormenorizado análisis de los principales competidores, directos e indirectos, nos permitirá saber cómo funciona el sector, quien es quién y cómo es la intensidad competitiva. Es decir, averiguar si me estoy metiendo en la boca del lobo o si soy un soñador con poco futuro.

Además, debería conllevar conocer el nivel de ventas y beneficios de los mismos para contrastarlo con las previsiones financieras que hemos realizado para nuestra compañía e igualmente para conocer cuáles son sus productos, servicios, clientes, mercados, cuotas y ventajas competitivas, todo a lo que nos vamos a enfrentar.

7. DISEÑAR EL PLAN FINANCIERO PREVISIONAL

El plan financiero es clave para dar realismo y solidez al proyecto de empresa. Es lo primero que va a mirar cualquier inversor y, por tanto, debe contener cifras que sean sensatas y creíbles. Hay que alejarse de ventas y/o beneficios espectaculares que nadie va a creer.

El plan financiero debe contener como mínimo (con proyecciones a 5 años) los balances de constitución, los balances previsionales, las cuentas de pérdidas y ganancias y los flujos de tesorería previsional. Además debería contener un análisis del punto de equilibrio y una batería con los principales ratios financieros.

Por último un análisis de la inversión (VAN,TIR y Payback) junto con una simulación de la Valoración de la Empresa tras el horizonte temporal proyectado.

8. VALORACIÓN DE LA EMPRESA

Justificar que la empresa realmente vale lo que se pide por ella, es decir, muchas veces me encuentro en rondas de inversión donde los emprendedores piden cantidades injustificadas de dinero por porcentajes irrisorios de la empresa. Ante esas situaciones, mi pregunta siempre es la misma, ¿Cómo habéis determinado el valor de la compañía?. Cuando la respuesta es dubitativa o no tiene fundamento o simplemente te dicen que consideran que eso es lo que vale, entonces no entro en esa inversión.

Es muy importante llevar a cabo un proceso de valoración riguroso, teniendo en cuenta que siempre será un valor orientativo y que no debemos nunca confundir valor con precio.  Lo importante es que dicho valor se pueda justificar. Si me piden 50.000€ por el 1% de una compañía que sólo existe en el papel y que aún le queda mucho por salir al mercado, probablemente no invierta basándome sólo en conjeturas y expectativas sobrevaloradas.

El método a utilizar puede ser cualquiera, no se trata de hacer una valoración profesional, sino tener una aproximación sensata, podemos utilizar lo más simple que son los múltiplos o hacer un descuento de flujos de caja que es lo más habitual.

9. IDENTIFICAR RIESGOS DEL PLAN

En mi opinión, un aspecto que me gusta oir de un grupo de emprendedores es que me cuenten la parte mala de este cuento idílico tan bonito que es el plan de empresa. No puedo creer que todo sea bueno, bonito y barato, seguro que hay posibles amenazas y me gustaría que alguien me las contase. Es más, el hecho de que alguien identifique los principales riesgos del modelo de negocio y de la estrategia a llevar a cabo, implica un grado de dominio superior y una mayor transparencia cara al inversor.

Lógicamente, tras el reconocimiento de los riesgos potenciales, debe haber un plan de contingencia que desarrolle las acciones a llevar a cabo en caso de que ocurran tales riesgos.

10. GENERAR CONFIANZA

Un aspecto primordial es que el documento o las herramientas de análisis utilizadas no sirven de nada si no se pone pasión en el proyecto, algo que debe transpirar por los poros de los emprendedores, en especial, como suele ser lo habitual, si se busca financiación.

Conocer al equipo de emprendedores, ver como se expresan y el dominio con el que responden a las preguntas, es una señal importante para cualquier inversor. A veces encuentro dos o tres emprendedores unidos bajo un mismo proyecto y que, tras la presentación del mismo y la ronda de preguntas, cualquiera se da cuenta de que sólo uno de ellos es el “alma mater” del negocio y que los otros dos van a rebufo del primero. Si esto ocurre, está claro lo que pasará si invierto, que prescindiré de los dos animadores.

La confianza comienza con la lectura del proyecto cuando se ve que es coherente, lógico y sólido, que se define muy bien el modelo de negocio y que hay una descripción muy completa y argumentada del proyecto empresarial.

La presentación escrita y visual del documento dice mucho de quienes lo hacen y de la personalidad de los emprendedores. Como todo en la vida, más vale una imagen que mil palabras y, el envase del producto puede ser más atractivo para la compra que el producto en sí mismo. Por ello, debemos cuidar el formato de los textos y gráficos, la faltas de ortografía, en general, que el aspecto visual sea profesional y atractivo, incitando a la lectura del mismo. No debemos olvidar que tan importante es el contenido como el continente.

Otra situación que genera confianza es la exposición  del mismo ante los inversores, ahí se ve quien domina y quien confía en su negocio. Apostar por alguien que tiene confianza ciega en un negocio con un plan bien desarrollado vale más que hacerlo por un superexperto en ese sector pero que no termina de creer lo que cuenta. Eso, se observa hablando con el equipo de emprendedores.

lunes, 12 de mayo de 2014

MORIR DE ÉXITO – LO QUE NO DEBE NUNCA HACER UNA EMPRESA


El otro día fui a consulta de un médico traumatólogo en la clínica famosa cuyo nombre no diré por ahora, debo indicar que la consulta la solicité antes de Semana Santa (en abril) y que me dieron cita para el día 7 de mayo como lo más temprano posible, ya empezábamos mal, pero bueno, cuando uno quiere algo concreto, a veces hay que sufrir por ello. Me dan cita con un médico cuyo nombre no consigo recordar, aunque lo tengo apuntado, lo que quiero decir es que no es nadie famoso ni conocido entre la sociedad, independientemente de que entre sus colegas lo pueda ser.

La cita era a las 10:30 de la mañana y yo, como siempre, llego muy puntual a mis citas, así que, llego a la clínica, no encuentro aparcamiento en la calle y tengo que utilizar el parking privado que gustosamente tiene a disposición de los pacientes. Por el módico precio de unos 3€/hora en una zona de las casi afueras del centro, ya debe dar gusto suficiente

Para poder entrar en consulta, debes pasar por control de consultas, que gran nombre para llamar a la recepción de un centro y para que te obliguen a pasar la tarjeta del seguro antes de pasar a consulta. Así lo hago, tras esperar una cola de 5 pacientes, y la persona que me atiende, que me parecía iba de sobrada, apenas me mira, me pide nombre y tarjeta. Tras hacer las gestiones oportunas me indica que tengo que dirigirme a la consulta nº 5 en ese pasillo, pues vale, para allá vamos y, me encuentro que hay una pequeña sala con dos puertas, la consulta 5 y la 6, tres personas sentadas a las que saludo y me quedo esperando.

Son las 10:40 cuando abre la puerta de la consulta y sale un paciente, a continuación sale el médico y, mira qué sorpresa, llama a otra persona. Yo, por educación, y como estoy habituado a los contínuos retrasos de la clase médica (me refiero a los de tiempo), callo y espero pero tras 20 minutos sale de nuevo el paciente y el médico pronuncia otro nombre incorrecto, lo digo, porque no era el mío (seguro que mucha gente en esa situación, se dice a sí misma, que me llame a mí, que me llame a mí), decido seguir esperando y, tras 15 minutos se vuelve a repetir la escena, ya eran las 11:15h y llevábamos 45 minutos de retraso. En cuanto pronuncia el nombre de otra persona, ésta se adentra rápidamente en la consulta como si fuesen a quitarle el turno y, antes de que el médico cierre la puerta le pregunto (por si se había olvidado de mí) cuánto mé queda para entrar y, me dice, quedan dos pacientes.

Ahí empiezo a hablar en arameo y a pensar en la gran ventaja competitiva que tendría un hospital donde los médicos se ajustasen a los horarios y no se crean que son semidioses con una varita a los que hay que idolatrar porque van a curarte.

El caso es que, decido ir a la cafetería a tomar un café y, a la vuelta, ya eran sobre las 11:45h, el ilustre médico se digna a llamarme. Tras la consulta me prescribe un tratamiento de fisioterapia que yo intento llevar a cabo en ese centro, básicamente porque sé que allí se tratan deportistas importantes y gente de la farándula lo que me da ciertas garantías.

Me dirijo a fisioterapia, en la planta inferior, y allí encuentro, en la sala de espera pequeña, por no llamarla enana, tres personas de edad avanzada que me miran con cara de sorpresa. También encuentro, tras un cristal, una persona a la que me dirijo y, cuando le indico que quiero que se me trate allí, me dice que eso es  complicado porque tienen mucha demanda y pocos huecos pero que, en cualquier caso, apunta mi nombre en un papel y que entre 24 y 48 horas más tarde me llaman para decirme qué huecos tienen libres.

Yo, que soy bastante racional y que asesoro a empresarios y directivos, me cuesta creer que si llega el tío de Nadal para pedir cita para fisioterapia para su sobrino, por alguna lesión, esa misma empleada le pida nombre, apellidos y sociedad médica para después decirle que ya le llamarán.

Hoy lunes, tras 5 días desde aquello, me llaman al móvil y, me indican que el responsable ha valorado mi caso y que no hay hueco para mí, y le pregunto, pero no hay hueco esta semana, este mes o nunca y me dice que es que al ser valorado, hay otros pacientes que siempre van a tener preferencia en ese centro, que son, básicamente los que han de recibir rehabilitación tras una cirugía y algún otro que considere el responsable. Por suerte para mi, me dicen que tienen muchos huecos en una clínica en Pozuelo de Alarcón, que allí seguro que me pueden tratar, pero claro, yo le digo que vivo a 40 km de ese pueblo y mucho más cerca de esta clínica, ante lo que me indican que no puede hacer nada más pero que con el seguro médico que tengo, hay muchísimas clínicas de fisioterapia en Madrid en las que seguro me atenderán.

Yo sé que el problema principal radica en dos aspectos, el primero, la mala costumbre de algunos grandes hospitales que por soberbia, piensan que un cliente menos no impactan en su cuenta de resultados. Por otro, la sociedad médica (el grupo asegurador) de la que yo soy cliente, que es una de las empresas aseguradoras más conocidas y relevantes de este país (no diré su nombre por ahora), que sé a ciencia cierta que cada vez paga menos a los profesionales y a los hospitales donde está dada de alta.

Cuando llega, la moda low-cost y alcanza a los seguros, comenzamos a ver que muchas grandes compañías hacen campañas para, además de ofrecer buenos precios, marcar la diferencia en calidad, servicio y bla, bla,bla frente aquellas otras que directamente se posicionan como bajo coste. Pues bien, algunas de esas compañías de prestigio, crean su modelo low-cost para competir de tú a tú en el mercado y mantienen a la marca principal en otro posicionamiento, sin embargo, recortan costes y prestaciones para poder ofrecer primas asequibles al consumidor final. Me recuerda mucho al cada vez más pequeño tamaño de las hamburguesas de los establecimientos más conocidos.

Hoy, alguien de mi familia ha pedido cita para Neurología en la citada clínica y, como siempre, lo primero que preguntan es la sociedad a la que pertenece, para ofrecerle como primera opción el 26 de agosto. Hoy es 12 de mayo y me ofrecen ese día?, no puede ser, a ver si me he equivocado y he llamado al centro de salud.

Lo que no sabe la compañía aseguradora, que este cliente, le da los días contados, que en breve voy a presentar la carta de no renovación (mía y de los 4 miembros de mi familia) del seguro de salud, al igual que voy a hacerlo con todos los demás seguros que tengo contratados con ella. En cuanto a la clínica, el boca a boca ante amigos, clientes y alumnos hará lo oportuno y espero que llegue el día en el que todo esto cambie, aunque, para ser justos, este fenómeno ocurre cada vez con mayor frecuencia y es que cuando la competencia aprieta, el que termina sufriéndolo es el cliente.

Alguien dirá que si quiero mejor servicio que pague más, pero estará equivocado, ya pago más, es decir, además de contribuir al sistema de la Seguridad Social, debo realizar un copago porque considero que, a través de sistema privado de seguros médicos, me darán mejor nivel de calidad que en los hospitales públicos (al menos en lo que se refiere a listas de espera) y no es así, no cumplen con lo prometido que era que, por el precio que pago (que no es poco) me darán un servicio de calidad en los mejores centros sanitarios nacionales e internacionales. Una vez más, el márketing ha ganado pero quienes realmente se están frotando las manos son la nueva aseguradora y el nuevo hospital donde voy a satisfacer mis necesidades, claramente insatisfechas.

A veces, cambiar por fuerza, te ayuda a ver el mundo de otra manera, es un balón de oxígeno que te hace descubrir alternativas de mercado que no conocías porque ni siquiera te las habías planteado y eso es lo que hace que vaya mejorando la competitividad, sin menoscabo de la pérdida de credibilidad que cada vez más tienen instituciones y compañías históricas que van enarbolando su marca y prestigio allende los mares.

Morir de éxito, básicamente es no ser capaz de satisfacer tu propia demanda y generar una imagen de desencanto hacia tus potenciales clientes que, por la fuerza de las circunstancias, se ven obligados a elegir a otros competidores, lo cual conlleva un importante lucro cesante y, lo que es peor, ni siquiera se plantearán en el futuro la opción, pues su experiencia ha sido tan negativa que automáticamente, han sacado la bolita de esa empresa del bombo de las elecciones posibles sin perjuicio de los comentarios jocosos que harán tomando café con los compañeros de trabajo y amigos.



miércoles, 7 de mayo de 2014

MARCHANDO OTRA DE IMPUESTOS, IRPF, IVA, TASA TOBIN y LO QUE SURJA.


El pago de los impuestos es, quitando la época de campaña de IRPF, como las hemorroides, se sufre lentamente y en silencio. La voracidad recaudatoria y despilfarratoria de nuestros gobernantes no tiene límites. El actual ministro de Hacienda está anunciando a bombo y platillo que a partir del año 2015 va a haber una rebaja de impuestos y nos presentan el cuadro que tenemos a continuación.

 Lo primero que podemos observar es la falta de coherencia de los diferentes mensajes, que desde el gobierno, se están lanzando. Se dice que el PIB va a crecer en 2014 un 1,2% y un 1,7% en 2015, pero la tabla anterior refleja un crecimiento del 1,7% en 2014 y del 2,7% en 2015, ya vamos mal, porque en materia de recaudación, estamos jugando con el cuento de la lechera.

En la tabla inferior, podemos observar una subida de impuestos de unos 17.200 millones € entre 2013 y 2014 y una bajada de unos 5.500 millones de € entre 2015 y 2016, curiosamente en el año electoral y donde la bajada de impuestos no compensa ni por asomo la subida precedente. Si todo se quedase ahí, no me preocuparía, el problema de fondo es que con una deuda pública creciente y un pago de intereses, al servicio de dicha deuda, también creciente,  la necesidad de mantener los actuales niveles de ingresos del Estado, e incluso de aumentarlos, se hace palpable.

De acuerdo con lo que sutilmente se puede desprender de la tabla, efectivamente a partir del año 2015, bajará el IRPF, no sé si la cuota tributaria en porcentaje o los ingresos totales del Estado, y el impuesto sobre sociedades, lo que me lleva a observar las dos últimas líneas.

La primera, ese manido concepto muy nuestro que es el de OTROS, que es lo que utilizamos como cajón de sastre para poner nombre a todo aquello que es variado, disperso y numeroso en cuanto a tipologías y que, a veces, su cuantía es de una magnitud inferior que no justifica en medida alguna, dedicarle un apartado propio. Aquí es donde se esconde la verdad de lo que nos espera en los próximos años. Es cierto que van a bajar los impuestos, realmente los más conocidos, pero no es menos cierto que van a subir otros impuestos y que se van a crear nuevas figuras impositivas bajo la excusa del mandato de la UE y que de forma subterránea esconden incrementos impositivos que, por su naturaleza y poca cuantía, no suelen despertar la indignación del pueblo, al menos, de la mayoría de los ciudadanos que estamos sedados y, a estas alturas, no sentimos si nos pinchan o no.


Nada se dice de la más que probable subida del IVA, una nueva, que hará pasar nuestro tipo normal del 21% al 23%, casi nada, si tenemos en cuenta que hace un par de años, algo más, estaba en el 16%, es decir, en vena pero sin dolor. De hecho, el Gobierno niega dicha subida en todos los medios de comunicación pero avanza la confirmación de la misma a Bruselas y, por escrito, eso sí, cuando la economía se encuentre más fuerte y para compensar la bajada en IRPF y Sociedades.

Aun así, el IVA es un impuesto que seguimos percibiendo algo más, cuando compramos, que otros que nos van a romper el bolsillo.

Me hace gracia, el Estado es como un hijo, que te pide dinero y le dices que lo coja de la cartera, pero si no encuentra la cartera, se lo pide a su madre o te lo coge del bolsillo del pantalón que sabe que ahí siempre llevas algo, le da igual, de donde lo coge, el caso es que se lo lleva, sea como sea. Lo que es peor, que sabemos que todos los caprichos del niño los pagamos los mismos, y sale del mismo bolsillo.

Y qué gran verdad es esa de que Hacienda somos todos, porque al final, casi todos pagamos los despilfarros y prebendas de unos pocos, pero por suerte para el Gobierno de turno, como estamos sedados y nos dejamos intimidar, al final, las grandes cifras macro, en términos de impuestos, no acertamos a comprender cómo se traducen a nivel micro, en nuestros bolsillos, lo que viene a reforzar la famosa expresión de ojos que no ven …..

Ahora, comienza a aparecer, bajo el concepto de OTROS, el famoso copago, y es que se anuncia que se estudian nuevos pagos por el uso de servicios públicos, es decir, volver a pagar lo que se supone que se financia con impuestos.

Veo que, entre 2014 y 2016 se pretende recaudar unos 2.000 millones € más por conceptos varios, o lo que es lo mismo, agárrate que vienen curvas, nos van a poner impuestos por todo lo imaginable. De entrada, el último que ha salido a la palestra, un impuesto sobre la propiedad, quiero entender, que sólo se circunscribe a los inmuebles, aunque tengo mis serias dudas. Precisamente, hace poco que he pagado el IBI, impuesto que paga el propietario de un inmueble, eso sí, para teóricamente financiar las arcas municipales, pero claro, ahora llega el Estado y también quiere gravar ese concepto y, como se  den cuenta en las CCAA no digo más.

Eso sí, para compensar la bajada en sociedades, se propone crear nuevos impuestos ecológicos a las compañías energéticas e igualmente se está impulsando la famosa Tasa Tobin para las transacciones financieras, donde teóricamente el sujeto pasivo son las empresas eléctricas, en el primer caso y los bancos, en el segundo.

¿Pero alguien duda que las compañías eléctricas o los bancos no van a trasladar dichas subidas de impuestos a nuestros maltrechos bolsillos?.  De entrada, las primeras ya lo han hecho con la nueva estructura del precio de la energía, ya que a todos nos han subido el término fijo, multiplicándolo aproximadamente por dos. Los segundos, aparte del pago de los rescates que ya estamos sufriendo, veremos aumentar aún más de lo habitual, las comisiones bancarias, que ya son desorbitadas.

Europa pide que España garantice la capacidad recaudatoria, y si con todo este conjunto de medidas no basta, siempre se puede echar mano del último concepto que aparece en la tabla, FRAUDE FISCAL, que contrariamente a lo que todos pensamos, no es que vayan a investigar a empresas, instituciones y otros engendros para aflorar el fraude (sólo basta con ver que CEMEX ha conseguido que varios inspectores y técnicos de hacienda hayan sido relevados por exigir el pago de 450 millones de euros), sino que lo fácil es poner en marcha los ordenadores para que busquen algún despiste del pequeño contribuyente, al que por error, ignorancia o deseo, se le ha pasado tributar 100€ (que no lo disculpo), o simplemente hacer la complementaria de unos atrasos de la empresa, y que, gracias a estos pequeños errores, multiplicados por millones de contribuyentes, se consideran fraude fiscal. No quiero profundizar en el estado de ansiedad en el que entra cualquier contribuyente cuando recibe una carta de hacienda.

Como parece, que ese sistema comienza a agotarse, la nueva noticia es que la AEAT, con la reforma fiscal prevista, quiere confiscar cajas registradoras y ordenadores de cualquier PYME o autónomo, sin orden judicial previa, para ver la doble contabilidad (curioso que no lo haya hecho para los partidos políticos) lo cual es claramente inconstitucional, pero parece que no hay límites morales ni jurídicos para engordar las arcas del estado, haciendo verdadera la frase de Maquiavelo, el fin justifica los medios.

Cuando ya no haya forma de justificar más copagos, que siempre la habrá, aparecerán nuevas figuras de imposición medioambiental, que son el agujero negro de la imposición y qué, básicamente se articulan mediante nuevos impuestos con la excusa de que se crea un daño al medio ambiente y eso me hace gracia porque llegará el día que a algún gobernante se le ocurra crear una tasa medioambiental por desalojar nuestras flatulencias en un parque o en la calle, por el impacto medioambiental sobre el espacio público, con una tasa progresiva en función del hedor expulsado, si no, tiempo al tiempo.