Las franquicias rodean nuestra
vida, salimos a la calle y cada vez más vemos enseñas de todo tipo, incluso
algunas competidoras en la misma acera o en el mismo centro comercial.
Actualmente hay más de 1.000 enseñas en
España y más de 55.000 establecimientos, lo que demuestra que el fenómeno
tiene gran recorrido, pero debemos ser cautelosos si estamos pensando que
invertir en una franquicia es sinónimo de éxito y riqueza, pues una gran
mayoría de los establecimientos, bajo esta fórmula, apenas obtienen ingresos
para mantener unos niveles básicos de renta para los empleados y unos
beneficios muy ajustados para los franquiciados.
La crisis, que llevamos
soportando varios años, ha dado muestras de la debilidad de enseñas al completo
o de establecimientos concretos por la falta de demanda en su mercado de
referencia. No son pocos, los locales cerrados que vemos en centros comerciales
o calles peatonales, donde antes había una franquicia. Algunas enseñas
desaparecen por completo (en 2012
desaparecieron el 21% de las enseñas según datos de Tormo) y muchos
establecimientos cierran por falta de ingresos o por falta continuada de
rentabilidad.
Tampoco debemos olvidar que el
sistema de franquicia tiene su origen en la concesión de licencias sobre patentes
que ya se hacían 100 años atrás y que la motivación principal que mueve a una
enseña a utilizar el sistema de franquicia es el crecimiento no orgánico,
financiado por terceros, y la velocidad a la que se consigue penetrar en nuevos
mercados frente al crecimiento tradicional de las compañías. Lógicamente, dicho
crecimiento conlleva mayores sinergias, ventas y beneficios para la enseña en
su conjunto, por lo que podríamos indicar que el sistema de franquicia busca
penetrar a gran velocidad en nuevos mercados. De hecho, uno de los indicadores
de consolidación y éxito de una enseña suele ser el número de establecimientos
que operan bajo la marca.
A continuación, de forma
resumida, vamos a ver los principales aspectos clave que todo franquiciador
debe tener en cuenta antes de tomar la decisión sobre una franquicia
determinada.
1.
¿Por qué
quiero abrir una franquicia?
La primera cuestión clave que
todo aspirante a franquiciado debe hacerse, por qué este modelo en vez de
hacerlo todo por nuestra propia cuenta. Lógicamente, la aversión al riesgo, la
imagen de una marca conocida, la incertidumbre, el apoyo teórico de terceros y
la falta de know-how son ingredientes básicos en la decisión, pero debemos
valorar si el volumen de inversión total a realizar junto con la aportación de
know-how y apoyo justifican realmente aliarnos con una enseña. Hay muchos
negocios que, al cabo de unos meses, rompen relaciones con la enseña y deciden
(no sin problemas judiciales) seguir el camino por su cuenta, en muchos casos
porque lo que se obtiene de la central tras el periodo inicial no suele
justificar los cánones y royalties que se pagan.
2.
Analizar el
Modelo de Negocio
Este es el aspecto más relevante
en mi opinión, dar por hecho que el negocio funciona o simplemente que cómo lo
hemos visto funcionando en otros sitios, es automáticamente garantía de éxito,
es casi garantía de muchas sorpresas. Debemos entender qué es lo que vendemos
realmente, como se segmentan nuestros clientes, cuántos son para estimar la demanda de mi área de exclusividad,
cómo debemos llegar hasta ellos para relacionarnos, comercializar y/o
distribuir nuestros productos, qué actividades
y recursos son clave y si son o no son escasos, así como los proveedores
relevantes y los costes más importantes del negocio. Otro factor relevante es
la ubicación, pues puede suponer un
coste elevadísimo que eliminará nuestros márgenes, si se encuentra en una zona
prestigiosa. No siempre, una zona más cara significa más clientes, dependerá
del negocio y el público al que se dirija.
Dentro del modelo de negocio, es
relevante saber si se basa en un modelo low-cost, con los consiguientes
márgenes y precios bajos o bien busca la diferenciación y precios menos
ajustados. Si el modelo es low-cost, el
volumen será clave y ello conlleva una carga de actividad y un tamaño de
demanda muy elevados. No es fácil gestionar a un negocio que necesita muchos
clientes diarios o no entra en beneficios, pues las crisis de ansiedad de los
franquiciados se manifiestan más en este caso.
Por último, fundamental conocer
cómo se monetiza todo, pues puede haber varias fuentes para conseguirlo y
debemos valorar aquellas que mayor relación coste-beneficio suponen.
3.
Analizar la
Competencia
Otro factor a considerar es si
existen muchas o pocas enseñas que hagan algo similar, si es fácil que nos
pongan un establecimiento de la competencia enfrente, si hay elevadas barreras
a la entrada para nuevas enseñas y si el franquiciador tiene un plan claro para
conseguir luchar contra los competidores. También deberíamos analizar cuáles
son las principales ventajas
competitivas del negocio y la capacidad que tenemos para desarrollar nuevas
ventajas si nos lo permite el franquiciador.
Las limitaciones operativas y
comerciales del franquiciador, nos obliga a estar encorsetados a la hora de
llevar a cabo estrategias específicas en nuestro mercado. Salvo que la central
lo autorice, hacer una política de precios y promoción diferente, añadir nuevos
servicios o garantías, modificar horarios, y cualquier otra iniciativa, suele
estar prohibido y el margen de actuación que tenemos es mínimo.
4.
Analizar el
Contrato de Franquicia
El contrato de franquicia suele
ser una cantidad de páginas que no todo el mundo lee, gran error, pero aunque
se lea, en la mayoría de las franquicias consolidadas, no hay nada que negociar, es un lo tomas o lo dejas. Es importante leer todas las cláusulas (tendremos que
firmar todas las hojas del contrato por duplicado), en especial las que
favorecen ante conflicto al franquiciador y las relativas a la obligación de
realizar nuevas inversiones en el negocio por imperativo. Un aspecto crucial es
la duración del contrato de
franquicia, las condiciones de renovación y las de anulación, motivos muy
discutidos en juicios.
5.
Cuidado con
la Inversión y el Punto de Equilibrio
Elevadas inversiones no son
sinónimo de alta rentabilidad ni de elevados beneficios, más bien suelen
significar elevados costes fijos para la empresa, con el consiguiente impacto
en la rentabilidad. Si la inversión es elevada deberíamos analizar (con la
información del franquiciador y con nuestros propios análisis) el tiempo que vamos a necesitar para recuperar
dicha inversión, pues, a partir de ese momento, todo será creación de
riqueza. No debemos utilizar para ello, los márgenes de explotación, ni el
beneficio antes de impuestos sino el beneficio neto, para así tener en cuenta
la estructura financiera del negocio.
El estudio del punto de equilibrio o “breakeven” nos
ayudará a comprender cuál es la estructura de costes del negocio, cuánta
facturación y tiempo necesitamos para alcanzar beneficios, qué estrategias
podemos desarrollar para reducir o variabilizar dichos costes y si estamos
infra o sobredimensionados para alcanzar dicho punto.
6.
Estudiar
gastos adicionales del franquiciado
Además de los gastos operativos
del negocio, que debe indicarnos el franquiciador, debemos considerar cualquier
otro gasto imprevisto tales como los
gastos financieros, gastos de devoluciones, servicios postventa por garantías,
ampliación de horario comercial, campañas de marketing local, gastos de
búsqueda y selección de empleados, gastos de mantenimiento del local, seguros,
comunidad de vecinos, impuestos municipales, abogados, asesorías, etc.
Muchos de estos gastos no son
periódicos y no suelen contemplarse en
la información que nos facilita la enseña, pero pueden ser muy relevantes
cuando se suman a final de año. Además hay que considerar otros gastos a pagar
al franquiciador junto con los cánones, como pueden ser cánones adicionales por
formación.
7.
Franquicia
Nueva o Usada
Lo habitual es contratar una franquicia mediante un
establecimiento llave en mano en una nueva zona de actividad, lo que significa
empezar desde cero y tener que darse a conocer al nuevo mercado donde
operaremos. Eso puede implicar gastos adicionales en campañas de promoción y
comunicación en el barrio, realización de eventos y un arranque del negocio más
lento hasta el despegue. En otras ocasiones, el franquiciador nos ofrece un
establecimiento que está o estaba funcionando y que por razones diversas está disponible.
Este tipo de establecimientos suele estar mejor ubicado que los nuevos y son
conocidos dentro de su mercado, pero cuidado con ello, pues puede ocurrir que el mercado esté quemado,
es decir, que el anterior franquiciado haya llevado a cabo un mal servicio y el
boca a boca haya infectado la imagen del mismo. En ese caso, levantar la imagen
puede llevar muchos meses y un coste superior al de un establecimiento nuevo.
Antes de hacerse cargo de una franquicia existente, es
bueno hacer una pequeña investigación de
mercado por el barrio, incluso, si se puede y nos facilitan la información,
hablar con el anterior franquiciado para intentar sonsacar la verdad de su
abandono.
8.
Multifranquicia
o varias franquicias de la misma enseña
El empresario que es franquiciado, tiene varias vías para
crecer, la primera es conseguir aumentar las ventas de su franquicia, algo que
tiene rendimientos decrecientes al tener limitado el área de exclusividad. Otra
es, una vez funcionando, invertir en una
nueva franquicia de la misma enseña, lo que nos puede suponer algún ahorro
y además suele gozar del beneplácito del franquiciador que prefiere a personas
que funcionan y que se alinean con el negocio a otras totalmente nuevas de las
que se desconoce su capacidad de gestión. Una tercera fórmula consiste en franquiciar establecimientos de otro sector
diferente, aplicando la experiencia y conocimiento de la primera franquicia
a la segunda y sucesivas. Este mecanismo transforma al empresario en una mini
corporación a la vez que puede diluir sus esfuerzos entre diferentes marcas.
9.
Inversor o
Gestor
Otro aspecto a considerar desde
el primer momento es el papel a desempeñar por parte del franquiciado, es
decir, si se va a limitar a invertir financieramente en un negocio y contratará
a un responsable para su gestión diaria o bien, se va a involucrar en el día a día de la empresa lo que le consumirá el
100% de su tiempo. Aunque hay franquiciados que delegan la gestión en un
director o responsable, empleado de la empresa, la mayoría de los negocios de
este tipo exigen estar encima de ellos y aplicarles la famosa frase de que el
“ojo del amo engorda el caballo”.
Si un franquiciador nos dice que
no es necesario involucrarse en la gestión de la franquicia, hay que tener cuidado ya que probablemente esté
más interesado en que realicemos la inversión que en el buen funcionamiento del
negocio. De hecho, algunos franquiciadores culpan del fracaso de un
establecimiento al franquiciado por su mala gestión, algo que no siempre es
así.
10.
Barreras a
la Salida
Siempre recomiendo a mis clientes
y amigos que antes de entrar en un negocio analicen y valoren las barreras de
salida, es decir, los inconvenientes o problemas que se pueden encontrar si
desean cerrar o traspasar el negocio. En el caso de la franquicia, todo suele estar
regulado en el contrato (muchas veces abusivo), pero lo más relevante son las
penalizaciones del franquiciador, los costes de cierre y liquidación y
extinción de la sociedad o bien, si la salida es más ordenada y acordada,
mediante la venta del negocio a un tercero, si tenemos libertad para venderlo a
quien queramos o nos obligan a hacerlo al franquiciador al precio que se
negocie. Como es de suponer, cuando se quiere salir porque el negocio no vende
lo esperado, el franquiciador tiene un
poder de negociación elevadísimo ya que puede negarse a conceder la
franquicia a otro empresario distinto y, por lo tanto, nuestro negocio apenas
tendrá valor.
Conclusiones
La franquicia es un sistema que
hace ganar dinero a muchos empresarios pero también lo hace perder a muchas
familias, por ello, es importante, antes de tomar esta delicada decisión de
inversión, considerar estos diez aspectos y otros más, para evitar disgustos
mayores con el paso del tiempo. Mi
recomendación es que se haga un exhaustivo análisis del negocio y nos
dejemos asesorar por expertos en franquicias que pueden abrirnos los ojos y
evitar disgustos a futuro.
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