domingo, 24 de julio de 2016

AMAZON PRIME NOW, ADIOS A MI FRUTERO


Hace escasos días que Prime Now, el supermercado online de Amazon, ha aterrizado en España. Aunque parece un servicio novedoso, la realidad es que es algo que vienen haciendo cadenas como Mercadona, Carrefour, Alcampo, Hipercor, El Corte Inglés y otros supermercados conocidos. Aquí la gran novedad es que puedes conseguir el pedido en casa en 1 hora por un pago adicional de 5,90€, o bien en franjas de dos horas (que no significa a las dos horas de hacer el pedido) de forma gratuita. Para gozar de este servicio, primero hay que darse de alta como cliente Premium y pagar 19.90€ al año, y las compras realizadas deben ser de importe superior a 19€.

Un aspecto, que se está volviendo obligatorio en el comercio electrónico, además de la reducción de los tiempos de entrega es que la tienda y el servicio sea realmente de 24 horas los 365 días del año, y eso lo cumple Prime Now, algo que no se puede conseguir con ninguno de los competidores españoles.

Si nos atenemos a los datos, el pasado día 12 de julio, en la segunda edición del Prime Day en España, Amazon vendió 570.000 productos durante 24 horas, llegando a alcanzar puntas de 658 pedidos procesados por minuto. A nivel mundial, la compañía Amazon facturó durante el año 2015 un importe total de 107.000 millones de dólares y obtuvo un beneficio de 596 millones de dólares, su marca es la más valorada del mundo alcanzando un valor superior a 64 mil millones de dólares (Brandfinance) y sus procesos logísticos son, probablemente, los más eficientes y rápidos del mundo.

Y ahora se mete en el negocio de los supermercados, llevando productos frescos (excepto pescado) a casa en tiempo record, permitiéndote hacer la compra desde el móvil o Tablet con una simple app, de forma cómoda, rápida y fácil. ¿Qué más se puede pedir?

De acuerdo con numerosos expertos en distribución y comercio, los negocios minoristas, en los próximos años, tendrán que hacer frente a importantes y numerosos retos que conllevarán cambios relevantes tanto en los modelos de negocio como en los formatos de distribución. Algunos opinan que estamos en la era de la revolución del comercio, y que los comerciantes minoristas se encuentran en un periodo intenso de cambio transformacional que les obligará a realizar más cambios en los próximos años que los que han realizado en las últimas décadas.

Por otro lado, las tendencias que vienen del otro lado del Atlántico, en términos de comercio electrónico, han llegado a Europa para instalarse. Comprar online en EEUU es algo muy habitual, no sólo por la comodidad y la conveniencia que otorga, sino por factores culturales, sociales y geográficos. En ese país, no se entiende ir de compras o ir a un restaurante o cualquier comercio sin coger el coche y hacer varias millas, es algo innato a la cultura norteamericana, mientras que en Europa y ya no digo España, nuestra cultura se apoya en compartir espacios de convivencia entre familias y comercios, es decir, que salimos a la calle y encontramos bares, restaurantes, tiendas, jardines, bancos, hospitales, empresas, etc.

En esa línea, EEUU por su cultura tiene un perfecto caldo de cultivo para el crecimiento desmesurado del comercio electrónico, sin embargo, al contrario de lo esperado en Europa, el crecimiento del comercio electrónico es muy elevado en nuestros mercados, porque favorece un entorno cómodo para comprar o para realizar cualquier gestión desde el sofá de nuestra casa y es que, es cierto, hacer la compra se nos hace cada vez más pesado, compramos cada vez mas una vez a la semana y vamos a las grandes superficies o a Mercadona o Lidl (que están batiendo a todos los supermercados españoles).

Aún recuerdo los años 90, donde la gran lucha de los pequeños comerciantes de barrio enfrentaban a grandes superficies e instituciones, algo que a día de hoy se mantiene en algunas comunidades autónomas, pero que termina con los pequeños comerciantes intentando sobrevivir y abriendo sus negocios, en algunos casos todos los días de la semana. También llegaron las tiendas de los chinos, que revolucionó al pequeño comerciante de barrio, en especial a algunos negocios de alimentación, ferreterías y tiendas de complementos de hogar.

Los márgenes comerciales del pequeño comerciante llevan cayendo desde hace años, de hecho, no son pocos los que han tenido que cerrar y otros tantos que no viven, sólo sobreviven, en un mercado inundado por la gran distribución comercial. Para acentuar el problema, el comercio electrónico está creciendo fuertemente en España y ha venido para instalarse.

Tal y como me decía una experta en marketing, hace unos días, parece que las tiendas online no van a conseguir acabar con el comercio de barrio, al menos a corto y medio plazo, sin embargo, yo creo que lo va a hacer como algunos venenos, que te matan lentamente y eso es mucho peor, porque alarga la agonía del minorista tradicional. Pero ahora llega Prime Now, que no sólo va a hacer daño en las cuentas de las grandes superficies, sino que, como poco, va a conseguir que cualquier día de la semana, ante la pereza que nos da salir a hacer la compra, decidamos, mientras vemos esa película en el salón de casa, o mientras estamos en el trabajo, hacer la compra desde nuestro móvil y tenerla en unas horas.

Aún hay personas mayores de 50 años que no han nacido junto a un ordenador o que no son expertos en internet (savvy users), y ese es el perfil que en muchos mercados geográficos, da sustento a la supervivencia de la tienda tradicional. Por otro lado, es cierto que la adopción de las nuevas tecnologías es realizada por las generaciones más jóvenes y que es difícil cambiar los comportamientos de compra y los hábitos de consumo a las personas mayores, sin embargo, conforme pasa el tiempo más y más personas se apuntan a las nuevas modas, por lo que el comerciante de barrio tiene ya fecha de caducidad.

Si nos fijamos en las calles más importantes y/o más comerciales de las grandes capitales, las millas de oro, podemos observar que en los últimos tiempos han ido cerrando más y más establecimientos tradicionales (los de toda la vida), regentados por comerciantes humildes pero con fórmulas de negocio desfasadas. Muchos de estos negocios han dado paso a franquicias de restauración o a cadenas de ropa, todo lo demás ha ido desapareciendo por la elevada competencia off y online así como los elevados costes de la tienda física.

Así pues, si a todo lo anterior añadimos que los costes de una tienda online (amén de los de marketing y posicionamiento) son muy inferiores a los de la tienda tradicional, el plato está servido y creo que el frutero de mi barrio tiene los días contados, es más, estoy convencido de que un día voy a ir y ya no estará abierto, siendo sustituido el local por un negocio de tapas y de cervezas o similar.

Ante la situación que amenaza, de nuevo, al comerciante minorista, algunos dicen que la solución debe estar en la especialización y en el servicio al cliente, pero hay muchos especializados en internet y en cuanto al servicio, que mejor servicio que te llegue todo a la puerta de tu casa y que llegue en unos minutos, como anticipo que ocurrirá en los próximos  años, ese es el servicio que yo pido.

A veces, intento imaginar el futuro y veo que nos pediremos desde casa unas cañas y unas tapas que llegarán en menos de dos minutos a la puerta, servidas bien frías y con la espuma rebosante, en un dron. Si esto llega, estaremos firmando el fin de la gran mayoría de los servicios que tenemos en España y que lo único que puede frenarlo es que no cambien nuestros hábitos, porque, al menos en España, tomamos cerveza para estar con los amigos y para disfrutar del ambiente del bar cuando estamos ociosos, si eso también cambia, seguro que será Amazon el primero que nos sirva esos pedidos.

1 comentarios:

  1. Muy buen artículo sobre el tema. Totalmente de acuerdo con la profecía.

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