martes, 26 de noviembre de 2013

TALENTO A LA FUGA


En una ocasión, dos directivos de una empresa se encontraban discutiendo acaloradamente sobre un tema de debate de la compañía, los procesos de formación de los empleados. Uno de ellos opinaba que la formación era fundamental para conseguir una ventaja competitiva basada en la mejora del capital humano y el otro opinaba que suponía un gasto inútil y que no iba a aportar nada a largo plazo.

-          Luis, no estoy de acuerdo con la política de formación de la compañía, estamos pasando por tiempos de crisis y apenas tenemos presupuesto para los gastos operativos de la compañía o para hacer nuestras campañas publicitarias, no creo que gastar el dinero en formación vaya a aportar gran cosa y es quemar el dinero, ¿y si formamos a todos nuestros empleados y al cabo de un tiempo se nos van a la competencia?

Luis, que era una persona analítica, metódica y con gran visión de futuro le contestó a Juan, pero hombre, no seas optimista, ¿y si no formamos a nuestros empleados y se nos quedan en la empresa?

No hay nada más frustrante para un empresario que buscar y pagar una buena formación de un empleado y que luego se marche a la competencia, pero la clave no reside en formar o no a los empleados, sino en saber retener el talento y el conocimiento, esa es la gran asignatura pendiente de todo directivo.

Google pagó hace un par de años 150 millones de USD a dos empleados para evitar que se fuesen a la competencia, cuando leí esa noticia lo primero que pasó por mi mente es que ya le gustaría a cualquiera que su empresa le pagase una cantidad siquiera 100 veces menor por permanecer en la compañía, algo que sería un balón de oxígeno para la autoestima de cualquiera y que pondría en valor nuestra capacidad y reconocimiento profesional.

Mucha gente sueña con ser uno de esos empleados de Google y para ello, la formación tanto en conocimientos como en habilidades y capacidades es un factor clave de éxito.

Según Eurostat en nov 2013 el paro juvenil en España es 56.5% y en nov 2011 era 48.9% lo que quiere decir que el prometedor futuro que habíamos augurado para nuestros hijos se está viendo truncado, que nuestra promesa de que estudiando un grado universitario era garantía de trabajo de calidad está siendo incumplida y que cada vez más, los jóvenes y no tan jóvenes toman la decisión de emigrar a otros países donde pueden, primero encontrar un simple trabajo y luego encontrar un trabajo que se adapte a su formación y expectativas sin caer en el subempleo como ocurre en España.

Las nuevas generaciones están mucho más preparadas a nivel formativo que nunca y sin embargo no encuentran trabajo de ningún tipo. Nadie les ha enseñado que el mero hecho de tener un título (oficial como se dice ahora) no es un billete que te lleva a un puesto de trabajo adecuado, y que más títulos no sirven de nada si no les enseñamos a que sean empleables.

La frustración de miles de estudiantes aumenta día a día y, a pesar de que la formación en idiomas es escasa, cada vez son más los que toman la decisión de salir fuera a buscar el trabajo que no encuentran en nuestro país. Lo peor de todo es que todos estos jóvenes se han formado (en su mayoría) en universidades públicas españolas con lo que ello supone para el bolsillo de los contribuyentes, que salen bastante bien preparados respecto de la media europea y que, en determinadas profesiones, son muy demandados fuera de España, es decir, se forman aquí pero trabajan, viven y generan valor allí, algo parecido a lo que decía nuestro directivo Juan y, es que, no basta con dar una buena formación, hay que darles, sobre todo herramientas y recursos para que puedan desarrollar su carrera profesional y su talento en su país, algo de lo que adolecemos.

El secretario general de universidades de España ha dicho recientemente que en nuestro país no se está registrando fuga del talento y que, en cualquier caso, lo que se debe fomentar es que el talento se mueva como mecanismo de regeneración intelectual y de crecimiento científico mediante el fin de la endogamia que actualmente existe en universidades y grupos de investigación. Todo esto, me parece bien, el único defecto que tiene el argumento es que esta fuga no se hace de forma voluntaria sino como única medida para encontrar salida profesional a años de formación y básicamente para poder vivir dignamente.

Si al menos fuésemos capaces, como sociedad, de facilitarles las cosas y que, al menos, ya que no hay oferta de empleo, incentivásemos su incorporación como nuevos empresarios, quizás no se marcharía nadie y conseguiríamos desarrollar un tejido empresarial más sólido y competitivo.

Dada la aversión al riesgo que muchas personas tienen en este país, la actividad emprendedora no es tan fructífera como sería deseable, si bien este aspecto está cambiando a marchas forzadas porque la necesidad aprieta y cada vez son más las personas jóvenes que comienzan a creer que la única salida profesional que les queda (a falta de otras alternativas) es la de crear un negocio propio por el que pelearse en el mercado y hacer una carrera profesional como empresario en vez de buscar el amparo y refugio de una empresa que le contrate (como decían nuestros padres, que se coloque de por vida). Mucha gente es reacia a arriesgar y quiere jugar sobre seguro, la única apuesta que hace es la del décimo de lotería de navidad, pero en términos de futuro y trabajo, sólo contemplan un puesto en una empresa con una mesa y un ordenador y que a final de mes llueva la nómina. Eso, que es una alternativa digna esclaviza igualmente y te hace trabajar por algo que no es tuyo.

Por si fuera poco, la banca, como instrumento catalizador de las ideas empresariales, no está cumpliendo con su función primordial de suministrar crédito a los emprendedores con lo que nos encontramos en un círculo vicioso difícil de abortar. Así pues, nos encontramos con legiones de empleados y potenciales empleadores frustrados y víctimas de un sistema prostituido que nadie va a modificar, por mucha legislación de emprendedores que se haga, terminando con la fuga, no sólo del talento sino también del emprendimiento a otros mercados ajenos al nuestro.

Luego nos quejamos de que los chinos nos están apartando de todos los mercados ……

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