En una ocasión, dos directivos de
una empresa se encontraban discutiendo acaloradamente sobre un tema de debate
de la compañía, los procesos de formación de los empleados. Uno de ellos
opinaba que la formación era fundamental para conseguir una ventaja competitiva
basada en la mejora del capital humano y el otro opinaba que suponía un gasto
inútil y que no iba a aportar nada a largo plazo.
-
Luis, no estoy de acuerdo con la política de
formación de la compañía, estamos pasando por tiempos de crisis y apenas tenemos
presupuesto para los gastos operativos de la compañía o para hacer nuestras
campañas publicitarias, no creo que gastar el dinero en formación vaya a
aportar gran cosa y es quemar el dinero, ¿y si formamos a todos nuestros
empleados y al cabo de un tiempo se nos van a la competencia?
Luis, que era una persona
analítica, metódica y con gran visión de futuro le contestó a Juan, pero
hombre, no seas optimista, ¿y si no formamos a nuestros empleados y se nos
quedan en la empresa?
No hay nada más frustrante para
un empresario que buscar y pagar una buena formación de un empleado y que luego
se marche a la competencia, pero la clave no reside en formar o no a los
empleados, sino en saber retener el talento y el conocimiento, esa es la gran
asignatura pendiente de todo directivo.
Google pagó hace un par de años
150 millones de USD a dos empleados para evitar que se fuesen a la competencia,
cuando leí esa noticia lo primero que pasó por mi mente es que ya le gustaría a
cualquiera que su empresa le pagase una cantidad siquiera 100 veces menor por
permanecer en la compañía, algo que sería un balón de oxígeno para la
autoestima de cualquiera y que pondría en valor nuestra capacidad y
reconocimiento profesional.
Mucha gente sueña con ser uno de
esos empleados de Google y para ello, la formación tanto en conocimientos como
en habilidades y capacidades es un factor clave de éxito.
Según Eurostat en nov 2013 el
paro juvenil en España es 56.5% y en nov 2011 era 48.9% lo que quiere decir que
el prometedor futuro que habíamos augurado para nuestros hijos se está viendo
truncado, que nuestra promesa de que estudiando un grado universitario era
garantía de trabajo de calidad está siendo incumplida y que cada vez más, los
jóvenes y no tan jóvenes toman la decisión de emigrar a otros países donde
pueden, primero encontrar un simple trabajo y luego encontrar un trabajo que se
adapte a su formación y expectativas sin caer en el subempleo como ocurre en
España.
Las nuevas generaciones están
mucho más preparadas a nivel formativo que nunca y sin embargo no encuentran
trabajo de ningún tipo. Nadie les ha enseñado que el mero hecho de tener un
título (oficial como se dice ahora) no es un billete que te lleva a un puesto
de trabajo adecuado, y que más títulos no sirven de nada si no les enseñamos a
que sean empleables.
La frustración de miles de
estudiantes aumenta día a día y, a pesar de que la formación en idiomas es
escasa, cada vez son más los que toman la decisión de salir fuera a buscar el
trabajo que no encuentran en nuestro país. Lo peor de todo es que todos estos
jóvenes se han formado (en su mayoría) en universidades públicas españolas con
lo que ello supone para el bolsillo de los contribuyentes, que salen bastante
bien preparados respecto de la media europea y que, en determinadas
profesiones, son muy demandados fuera de España, es decir, se forman aquí pero
trabajan, viven y generan valor allí, algo parecido a lo que decía nuestro
directivo Juan y, es que, no basta con dar una buena formación, hay que darles,
sobre todo herramientas y recursos para que puedan desarrollar su carrera
profesional y su talento en su país, algo de lo que adolecemos.
El secretario general de
universidades de España ha dicho recientemente que en nuestro país no se está
registrando fuga del talento y que, en cualquier caso, lo que se debe fomentar
es que el talento se mueva como mecanismo de regeneración intelectual y de
crecimiento científico mediante el fin de la endogamia que actualmente existe
en universidades y grupos de investigación. Todo esto, me parece bien, el único
defecto que tiene el argumento es que esta fuga no se hace de forma voluntaria
sino como única medida para encontrar salida profesional a años de formación y
básicamente para poder vivir dignamente.
Si al menos fuésemos capaces,
como sociedad, de facilitarles las cosas y que, al menos, ya que no hay oferta
de empleo, incentivásemos su incorporación como nuevos empresarios, quizás no
se marcharía nadie y conseguiríamos desarrollar un tejido empresarial más
sólido y competitivo.
Dada la aversión al riesgo que
muchas personas tienen en este país, la actividad emprendedora no es tan fructífera
como sería deseable, si bien este aspecto está cambiando a marchas forzadas
porque la necesidad aprieta y cada vez son más las personas jóvenes que
comienzan a creer que la única salida profesional que les queda (a falta de
otras alternativas) es la de crear un negocio propio por el que pelearse en el
mercado y hacer una carrera profesional como empresario en vez de buscar el
amparo y refugio de una empresa que le contrate (como decían nuestros padres,
que se coloque de por vida). Mucha gente es reacia a arriesgar y quiere jugar
sobre seguro, la única apuesta que hace es la del décimo de lotería de navidad,
pero en términos de futuro y trabajo, sólo contemplan un puesto en una empresa
con una mesa y un ordenador y que a final de mes llueva la nómina. Eso, que es
una alternativa digna esclaviza igualmente y te hace trabajar por algo que no
es tuyo.
Por si fuera poco, la banca, como
instrumento catalizador de las ideas empresariales, no está cumpliendo con su
función primordial de suministrar crédito a los emprendedores con lo que nos
encontramos en un círculo vicioso difícil de abortar. Así pues, nos encontramos
con legiones de empleados y potenciales empleadores frustrados y víctimas de un
sistema prostituido que nadie va a modificar, por mucha legislación de
emprendedores que se haga, terminando con la fuga, no sólo del talento sino
también del emprendimiento a otros mercados ajenos al nuestro.
Luego nos quejamos de que los
chinos nos están apartando de todos los mercados ……
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